“Estar acá hace que me acuerde de mi infancia. Cuando mi papá jugaba en Racing, yo tenía siete años y pasaba mucho tiempo en el Cilindro. A mis cumpleaños, por ejemplo, venían todos su compañeros”, suelta Sylvia Rodríguez como si fuera lo más habitual soplar las velitas cerca de Oscar Martín, de Humberto Maschio y de Juan Carlos Cárdenas. Sylvia, la hija de Juan José Rodríguez, figura del Equipo de José que se consagró campeón del mundo el 4 de noviembre de 1967 en el Estadio Centenario, estuvo el sábado pasado de visita en el Archivo Histórico y, delante de un auditorio emocionado y enmudecido, relató detalles de la estadía del Yaya en la Academia.

No vino sola. A Sylvia la acompañaron varios de sus seres queridos. Fue justamente Laura Giardina, su hija, quien porta con orgullo la pasión celeste y blanca, la que se contactó con el Archivo Histórico para conocer de cerca el trabajo que se viene realizando para enaltecer la memoria del club. “Me enteré de que un hincha había donado una camiseta de mi abuelo y me generó mucha curiosidad. Nuestra idea es traer todo lo que tengamos de él porque consideramos que esas reliquias van a estar mejor cuidadas acá que en cualquier otro lado”, aseguró Laura mientras intentaba que su hijo más chico posara para la foto. 

Con el mural que está pintando Mario Almaraz de fondo, en el medio de una nueva jornada de trabajo voluntario, la familia del Yaya Rodríguez se sumergió de lleno en un proyecto que, capitaneado por el Departamento de Prensa, se funda en el amor por estos colores. También hubo tiempo para arrimarse hasta una de plateas del estadio y para retratar un momento único que tuvo como testigo al sol del mediodía.

Sylvia y Laura ya saben que son siempre bienvenidas en Racing y el Archivo Histórico, de alguna manera, les pertenece. Su vínculo con la grandeza académica será indestructible porque el Yaya, pase lo que pase, ocupará hasta la eternidad un lugar en nuestras páginas de gloria.