Boxeo

“En Racing voy a llegar a ser profesional”

Martes 05 de Mayo de 2015
Szaendel Ludwing es una promesa del boxeo que llegó a la Academia desde Chile para crecer deportivamente en el club. Una historia que muestra claramente el amor que despiertan estos colores. 
Se llama Szaendel Ludwing y con 17 años llegó de Chile para boxear en Racing. Sus padres lo dejaron en el club a principio de año y él tomó la decisión de formarse en el gimnasio académico para ser el mejor. Vive en una pensión en Avellaneda, va al colegio de Racing y en un mes peleará oficialmente por primera vez. Conocé a un personaje inédito que va a entrenarse en bicicleta y que está convencido de que algún día será campeón mundial. 
 
-¿Cómo fue que encontraste la academia de boxeo de Racing?
-Busqué por internet y, entre a los clubes más importantes de boxeo que figuraban en la Federación, estaba Racing. Me metí en la página oficial del club, encontré noticias de Sebastián Giuliani y eso me motivó a empezar a entrenarme. Llegué a la Argentina y me reuní con Maximiliano Tejada y con Gonzalo Díaz, los entrenadores. Me gustó la idea del club y pude contarles cuáles eran mis expectativas.
 
-¿Con qué expectativas llegaste?
-Soy de Limache, la quinta región de Valparaíso, a casi cien kilómetros de Santiago, la Capital de Chile. Quiero progresar y hacerme profesional pero, si me quedaba en Chile, sólo iba a ser el mejor boxeador chileno y eso no me alcanza para cubrir mis expectativas. Hice ocho peleas allá y me decidí a subir un escalón. Elegí profesionalizarme a lo grande en Racing.
 
-¿Cómo te decidiste a venir?
-Mis padres, al principio, no querían que yo me fuera a vivir a Argentina pero, como en Chile no lograba pelear con rivales de mi nivel, terminaron aceptando. Les costó seis meses asimilarlo pero me terminaron acompañando. Además me ayudó mucho contar con mi familia chilena que vive en Buenos Aires.
 
-¿Cómo fueron tus primeros días en Racing?
-En cuatro días hice todo. Arranqué a entrenarme y vivía con mis tíos chilenos en Ituzaingó, pero el entrenador me dijo que me esperaba al otro día para comenzar a guantear y empecé. A las dos semanas, mis padres se volvieron a Chile porque ya habíamos encontrado una pensión en Avellaneda y una vacante en el colegio de Racing.
 
-¿Qué les decís a tus padres cuando hablás con ellos?
-Cuando me llaman mis padres y me preguntan cómo me siento, les digo que estoy muy bien, contento por el club en donde estoy entrenándome. A veces los extraño pero no se los digo para no preocuparlos. Les estoy muy agradecidos por el apoyo y, cada vez que puedo, viajo a Chile para visitarlos.
 
-¿Qué recordás de tu primer día en el gimnasio de Racing?
-Apenas llegué, Gonzálo Díaz me subió al ring y me hizo pelear con dos chicos. Allí me decidí a mostrar lo mejor de mí para que vieran mi nivel y que valgo la pena. Hice de sparring y enseguida me propusieron becarme porque me vieron condiciones desde el comienzo.

-¿Qué opinión tenés de quienes trabajan en el boxeo de Racing?
-Desde el primer día me han ayudado muchísimo. Tejada me dijo que contara con él para lo que fuera y, hasta ahora, vienen cumpliendo en todo conmigo. Son un 10.
 
-¿Y qué falta para pelees oficialmente?
-En un mes voy a estar en condiciones de hacer mi primera pelea oficial. Mis entrenadores me están facilitando las cosas para que saque la licencia y pueda empezar a pelear. Son estudios médicos de rutina, pero tardan. Sólo me falta trabajar lo físico, porque la técnica ya la tengo. Así me dicen quienes me entrenan todos los días.
 
-¿Qué cosas creés que te pueden llegar a pasar en Racing?
-Por suerte, lo que siempre quise lo tuve así que tengo mucha confianza, aunque sé que sólo depende de mí. Sueño con llegar a ser profesional y, tras pasar por Argentina, progresar en el exterior. Estoy convencido de que entrenándome en Racing voy a ser profesional y de que voy a tener la chance de demostrar que soy un buen boxeador. Me están ayudando mucho y acá voy a debutar como profesional. Me gusta ir paso a paso y, cuando Racing me quede chico, pensaré en viajar a México o a Estados Unidos”.
 
-¿Y cuál es tú sueño?
-Mi sueño es ser campeón mundial, pero lo que más deseo es ser el mejor del mundo, porque el campeonato mundial le puede llegar a cualquiera pero mantenerse en lo más alto es lo más difícil. Una buena mano te puede dar un cinturón, pero yo quiero ser el mejor y perdurar en el tiempo bien arriba. No es para cualquiera. Ser el número uno es mi máximo anhelo.