“-¡Qué tiempos aquellos –nos dice-. Después de cada partido nos reuníamos con los muchachos del equipo. ¡Qué cordialidad, que enorme camaradería reinaba entre todos. Uno de los animadores era el “tano” Stagnaro. Gran capitán y mejor amigo. Había que ver como lo respetaban en la cancha, como obedecían sus órdenes!”, le dijo Héctor Gagliardi, poeta mayúsculo, académico de ley, a la Revista Racing en una declaración que quedó para la historia.
El 21 de marzo se celebra el #DiaMundialDeLaPoesia y la Academia, en el marco del trabajo del Archivo Histórico, enarbola la figura de Gagliardi, poeta, recitador y letrista nacido el 29 de noviembre de 1909 en Buenos Aires. Autor de múltiples libros que se volvieron éxitos editoriales –“Puñado de emociones”, de 1941; “Versos de mi ciudad”, de 1944; “Por las calles del recuerdo”, de 1946; “Esquina de barrio”, de 1949; y “El sentir de Buenos Aires”, de 1981-, lo apodaron El Triste por su interpretación del poema “Reyes Magos” que hacía alusión a la Segunda Guerra Mundial.
Amigo de varias de las figuras del equipo durante los primeros años del profesionalismo, fue recibido en varias ocasiones en las instalaciones del club y elogiado en encuentros con socios. Además, a lo largo de su impecable trayectoria, escribió un poema famosísimo sobre fútbol llamado “La pelota de treinta” que Roberto Santoro, poeta e hincha de Racing desaparecido el 1 de junio de 1977 por la última dictadura cívico-militar, incluyó en “Literatura de la pelota”, la primera antología de este deporte que vio la luz en 1971:
“Bajo el solazo de enero
elegimos "el picado".
Con los dos arcos cruzados
que revoleamos primero,
de 'pique' quedó 'el tachero'
por no jugar 'el petizo'...
Es que la madre no quiso:
tenía botines nuevos...
La pelota era de treinta,
comprada en delegación...
Su bautizo fue 'un tapón'
que casi mas la revienta.
«-Pierde, paga!», fue el alerta
que se le dio al afanado
que la pateó de 'abocado'
teniendo la cloaca en puerta.
Empezamos a jugar
con un pique entreverado,
que, por mirar al costado,
nadie saltó a cabecear...
La tuvimos que parar
porque venía una vieja
que entre rezongos y quejas
no acababa de pasar...
Jugando con la pared,
-que es el wing que más la pasa-,
si es que un balcón no rechaza
de a traición en 'reculié'-,
cantando se la dejé
al hijo del carbonero...
¡Se gambeteó hasta el arquero!
Cuando vino... ¡lo abracé!...
Retemblaba el empedrado
en esa tarde de enero...
¡Es de fierro el uno a cero
cuando es parejo 'el picado'!
De "yapa" se había asomado
el padre de Genarito...
y el pibe sacó limpito
un "balazo" de 'El pelado'.
Por culpa de aquella chata
nos hicieron el empate.
Y le gritamos '¡cerrate!...'
Y va el "ruso", y se abatata.
¡Si al picar entre las patas
la patea al cadenero!...
Llegaron ellos primero...
y 'nos metieron la tapa'.
El guardapolvo anudado,
que cuando se embolsa el viento
hace 'joroba de adentro',
ya lo tenía manchado...
Con el pecho había parado
un rebote de pared
que hizo volar el cartel
de: '¡Ojo! Recién pintado'.
De apurado la fue a 'pifiar'
por no pararla el 'Gordito'...
y fue un tranvía maldito
que la vino a destrozar...
La tuvimos que mirar
serenita por la vía...
Fue un cachito de agonía...
y a quedarse sin jugar...
El más pibe del 'picado'
la trajo partida en dos
y el 'gordo' juró por Dios
que veinte tenía guardados
y que mañana o pasado
iba a tener otros diez...
ya lo había dicho otra vez
que la perdió de 'afanado'...
A la orilla del cordón
nos sentamos aburridos
a mirar entristecidos
nuestra pasada ilusión
que mostraba el corazón
en dos mitades abierta...
¡pobre pelota de treinta
comprada en delegación!...”
Gagliardi, referente de la cultura argentina, falleció el 19 de enero de 1984 en Mar del Plata por una afección cardíaca. Su memoria continúa de pie en todos los rincones del Cilindro.
El Club
Héctor Gagliardi, el recuerdo de un poeta
Martes 21 de Marzo de 2017
En el #DiaMundialDeLaPoesia, el club levanta la bandera de un símbolo de las letras que alentó a la Academia a lo largo de toda su vida. Autor del poema “La pelota de treinta”, su prestigio fue retratado por la Revista Racing en 1944.