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Roberto Santoro, la memoria de un poeta racinguista

Viernes 24 de Marzo de 2017
Autor de “Literatura de la pelota”, la primera compilación de textos de fútbol de la Argentina, hizo brillar a las palabras sin sacarse jamás la camiseta de la Academia. La última dictadura cívico-militar lo desapareció el 1 de junio de 1977. 
Roberto Santoro, la memoria de un poeta racinguista
Desde que nació el 17 de abril de 1939 en el barrio porteño de Chacarita, Roberto Jorge Santoro fue hincha de Racing. Alentó al equipo en las buenas y en las malas, aprendió los secretos de la poesía leyendo todo lo que se le cruzaba por delante de los ojos y desarrolló una sensibilidad social que lo transformó en alguien comprometido con las necesidades de los otros.

Su trayectoria como escritor lo condujo a publicar “Oficio desesperado” en 1962, “De tango y lo demás” en 1962, “El último tranvía” en 1963, Nacimiento en la tierra en 1963, Pedradas con mi patria en 1964, “En pocas palabras” en 1967, “A ras del suelo” en 1971, “Desafío” en 1972, “Uno más uno humanidad” en 1972, “Poesía en general” en 1973, “Cuatro canciones y un vuelo” en 1973, “Las cosas claras” en 1973 y “No negociable” en 1975.  

Pero también, en 1971, sacó a la luz “Literatura de la pelota”, la primera recopilación de relatos futboleros que salió en la Argentina. Reeditado recién en 2007, el libro marcó un antes y un después en la historia de la literatura y el deporte en el país. A lo largo de los textos, abundan las referencias a Racing porque Racing siempre fue para Santoro una pasión a flor de piel.

Además de poeta, además de hincha de la Academia, Santoro fue un militante político al que le tocó ser víctima del genocidio: la dictadura cívico-militar dirigida por Jorge Rafael Videla lo secuestró el 1 de junio de 1977 de la escuela en la que trabajaba y lo hizo desaparecer. 

“Sí sí señores”, un poema futbolero de aquellos, fue escrito el 5 de enero de 1975. Muestra elocuente de su legado, leerlo hoy sirve para avisar nuevamente que Santoro siempre estuvo, está y estará presente. 

Sí sí señores

Aunque estés parado
sobre un almuerzo de apuro
y abandonado de la muerte y el laburo
cuando la forma del mundo
que rebota
se va a esconder en la trampa de la red
como pelota
te alcanza que la tarde quede ronca
para olvidarte de la mufa y de la bronca.

Si hasta los ángeles petisos
te acompañan
bajando a gritar desde los frisos.

Tu vida va en el puño
caliente como el sol
y el cuore está golpeando
gol gol gol