Se fue Cristina Rodríguez y detrás de la noticia corrieron cientos de lágrimas. Emblema del futsal académico, quiso a Racing con el alma y estuvo siempre –en las buenas y en las malas- trabajando al pie del cañón para construir un club cada día más grande. Delegada histórica de la disciplina en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), su fallecimiento colmó de tristeza al Centro Deportivo, al Cilindro y a cuanta instalación celeste y blanca exista. Tan hondo fue el pesar que por respeto a su memoria se decidió suspender el partido que iba a disputar Racing ante Hebraica. En otras canchas, el mismo domingo a la noche, se realizó un minuto de silencio para homenajear su entrega incondicional.

Víctor Blanco, junto al resto de la Comisión Directiva, les ofreció sinceras condolencias a sus seres queridos y se puso a disposición de la familia. Además, el presidente decidió decretar tres días de duelo. Muchísimos hinchas manifestaron su dolor a través de las redes sociales y muchísimos clubes aportaron un granito de arena para recordarla. Todos, absolutamente todos, se estremecieron ante el anuncio imposible de procesar.

Decir Cristina siempre fue decir Racing. Decir Cristina siempre fue decir futsal. Y nada cambiará a partir de ahora: su memoria y su sonrisa, sus ganas y su ternura, permanecerán por siempre en la memoria de quienes tuvieron el placer y el honor de conocerla.