El Club

Racing homenajeó a Gardel en el aeropuerto Olaya Herrera

Jueves 27 de Julio de 2017
Con la presencia de Víctor Blanco, se colocó el jueves al mediodía una placa de bronce en reconocimiento al gran artista popular argentino. Académico desde la cuna, el Zorzal Criollo recibió un nuevo agasajo en el sitio en el que perdió la vida el 24 de junio de 1935.
Racing fue protagonista de un nuevo homenaje que se le realizó a Carlos Gardel en el aeropuerto de Olaya Herrera de Medellín. Con la presencia de Víctor Blanco, de Gabriel Astarloa y de Adrián Fernández, se colocó el jueves al mediodía una placa de bronce en un espacio destinado a reconocer al fenomenal referente de la cultura nacional. La iniciativa, impulsada por la Comisión Directiva, buscó distinguir otra vez a uno de los hinchas más emblemáticos de la Academia. "Gardel fue hincha y socio de Racing y para nosotros es un honor saldar la deuda que teníamos en este sentido. Estamos acá para colaborar con la Alcaldía y para mantener vivo su recuerdo", afirmó el presidente de Racing cuando le tocó dirigirse al público. No es la primera vez que el club pone manos a la obra para enarbolar la memoria del Zorzal Criollo: desde hace rato asoma en una de las plateas del Estadio Presidente Perón una estatua alusiva a su pasión por esta camiseta.

Figura universal de la música argentina por lo hecho en las primeras décadas del Siglo XX, Gardel falleció el 24 de junio de 1935 en un accidente aéreo en la ciudad colombiana de Medellín. Le regaló al planeta para la eternidad, además de su estampa de caballero, además de su vozarrón inigualable, el tango Patadura, una letra bien celeste y blanca que todavía da vueltas por el Cilindro: “Y ser como Ochoíta, el crack de la afición”. Ochoíta, claro está, era Pedro Ochoa, crack de los primeros años de la historia del club.

Ídolo popular como pocos en este país, grabó cerca de 800 canciones de diversos géneros musicales y filmó más de una decena de películas, entre ellas Las luces de Buenos Aires, El día que me quieras y Tango bar. Pero siempre, en cualquier circunstancia, la voz que fue registrada en 2003 por la Unesco en el programa Memoria del Mundo, para que pasara a integrar la lista de patrimonios de la humanidad, encontró huecos para disfrutar del fútbol. Por ejemplo, en 1928 compartió unos días junto a la Selección que viajó a los Juegos Olímpicos de Amsterdam y, además, fue varias veces a ver al Barcelona para acompañar a sus amigos José Samitier y Ricardo Zamora, dos grandísimos jugadores del club catalán.

En el aeropuerto Olaya Herrera, Racing dijo presente. Con Gardel como excusa, con nuestra historia como bandera.