Efemérides

Ídolos académicos: Sued, puntero de mil gambetas

Jueves 21 de Agosto de 2014
Figura del equipo que logró el tricampeonato en 1951, el sucesor del Chueco García fue titular en el primer equipo entre 1943 y 1954. Jugó 308 partidos, convirtió 47 goles y fue un referente de los años dorados del profesionalismo. A tres años de su partida, Racing le rinde sentido homenaje.  
Ídolos académicos: Sued, puntero de mil gambetas
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 111 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

No son tantos los tipos que vieron cómo se fue construyendo de a poco el imponente estadio Presidente Perón. Acá hay uno que lo vivió desde bien adentro. “Nos entrenábamos donde ahora está la playa de estacionamiento. Vimos, ladrillo a ladrillo, cómo lo levantaban, hasta que lo inauguraron en 1950”, contó alguna vez Ezra Sued acerca de los tiempos iniciales del Cilindro. ¿Y quién es Ezra Sued? Zurdo imparable, wing fantástico, delantero eficaz, crack de la gambeta, dueño de la banda izquierda, Sued jugó en Racing entre 1943 y 1954 –en 1942 integró la Tercera- y fue uno de los principales protagonistas de la gesta del equipo que se coronó de manera consecutiva en 1949, en 1950 y en 1951. 

Nacido el 7 de junio de 1923 en el barrio porteño de Once, ese chiquito que ya pintaba para fenómeno se mudó rápidamente a Floresta. Ahí comenzó a mostrar sus credenciales futbolísticas, destacándose en El Progreso y en All Boys. Después, lo de siempre: el destino. No se quedó a esperar una prueba en Ferro y, con 17 años, llegó a la Academia, que se transformaría con los años, como él mismo declaró varias veces, en su segunda casa. Cuando debutó en Primera, no reemplazó a cualquier jugador sino a Enrique García, uno de los máximos emblemas de la institución. La responsabilidad no le pesó y se volvió un integrante indiscutido del ataque. Junto con Juan Carlos Salvini y con Mario Boyé, con Norberto Méndez, Rubén Bravo y con Llamil Simes conformó una delantera que todavía hoy perdura en la memoria colectiva.

Nada más ni nada menos que 308 partidos disputó con la camiseta celeste y blanca. Como si fuera poco, marcó 51 conquistas –sumando giras al exterior y amistosos locales-. Como le tocó una época de brillantes jugadores, donde compitió directamente con Félix Loustau, pudo jugar únicamente seis encuentros con la Selección y convertir dos goles. Admirado por propios y por extraños, siempre sostuvo el perfil bajo sin por eso dejar de ser un símbolo del club. Alcanzó, incluso, a celebrar el medio del siglo del tricampeonato obtenido el 4 de diciembre de 1951 al derrotar a Banfield por 1 a 0 en el Nuevo Gasómetro. 

Tenía 88 años cuando falleció el 21 de agosto de 2011. A los 80, había participado como invitado especial de los festejos por el centenario del club. A tres años de su muerte, Racing se pone de pie para sostener viva su memoria. Contra un rincón, tirando centros de lujo, dejando rivales pintados con su zurda infernal, Sued todavía está acá, en el corazón de los hinchas.