Efemérides

Ídolos académicos: Antonio De Mare, un hombre de la casa

Jueves 03 de Septiembre de 2015
Referente en el pasaje del amateurismo al profesionalismo, jugó en Racing de forma continua entre 1926 y 1938. Su amor por el club hizo que en la Argentina vistiera solamente la camiseta celeste y blanca. El Colchonero falleció hace exactamente 46 años. 
Ídolos académicos: Antonio De Mare, un hombre de la casa
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 112 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

Una victoria por goleada: del corazón a la razón. En todas los escenarios y en todas las circunstancias. Porque, si fuera por los intereses económicos o profesionales, este tipo podría haber buscado horizontes diversos en los que desplegar su talento. Pero no lo hizo. Eligió quedarse en el lugar en el que se formó, en el sitio al que adoptó como su casa. Antonio De Mare, nacido el 11 de diciembre en 1909, se volvió futbolista en Racing y, como agradecimiento a la institución, decidió no jugar en ningún otro club argentino. Elogiado por unos, criticados por otros, su opción no pasó desapercibida y sirvió para dejar en claro su amor por esta camiseta. Son pocos los que ponen tan de manifiesto lo que sienten.

Apodado Toño, también conocido como Colchonero, comenzó su carrera desempeñándose como forward –delantero-  y, con el paso del tiempo, se reubicó como half izquierdo –lateral izquierdo-, donde permaneció rindiendo en gran nivel. En total, vistió la casaca celeste y blanca en 142 partidos y convirtió 2 goles. Sus formidables actuaciones entre 1926 y 1938 lo volvieron un emblema en el pasaje del amateurismo al profesionalismo y, aunque no ganó ningún campeonato nacional en esa etapa –sí algunas copas-, consiguió llegar a la Selección y destacarse en el conjunto nacional. Sus últimos pasos los dio en Italia y es ahí donde se inició como entrenador.

Para definir su andar por el terreno, hay que imaginarse un despliegue infernal por la banda izquierda, una capacidad poco frecuente para pasar de la defensa al ataque y del ataque a la defensa y una mezcla exacta de elegancia y de actitud. Todo eso que fue aprendiendo cerca de la raya lo trasladó después como técnico a las categorías menores de Racing. Su ejercicio de la docencia con los futuros jugadores del club también figura entre los aportes más destacados. 

De Mare falleció el 3 de septiembre de 1969. Hoy, en el 46° aniversario de su deceso, vale la pena recordarlo como un crack de jerarquía. Pero como algo más también: como un hombre con una pasión asombrosa por estos colores.