Cuando se juntaban, se venía el placer. Cinco nombres para armar mil maravillas: Oreste Corbatta, Juan José Pizzuti, Pedro Manfredini, Rubén Sosa y Raúl Belén fabricaban genialidades que sorprendían todos los domingos a los hinchas y se encargaron de conducir a la Academia a la gloria. Gracias a ellos, Racing, tras siete años de espera, se adueñó del título de Primera División el 14 de diciembre de 1958. La consagración llegó después de igualar 3 a 3 ante Lanús como visitante. 

Números contundentes para una campaña inobjetable. El equipo conducido por José Della Torre sumó 41 puntos –tres más que Boca y que San Lorenzo, los segundos- producto de 16 victorias, de 9 empates y de 5 derrotas. Convirtió en total 69 goles y recibió 38. La goleada a Independiente por 4 a 1, en la fecha 18, figura entre los partidos más importantes. Hubo, además, otras siete goleadas: un 3 a 0 a Newell’s (fecha 1), un 4 a 1 a Huracán (fecha 8), un 4 a 0 a Lanús (fecha 13), un 4 a 1 a Newell’s (fecha 16), un 4 a 0 a Tigre (fecha 21), un 5 a 2 a Argentinos (fecha 22) y un 4 a 1 a Gimnasia (fecha 27). 

Los protagonistas de la conquista fueron Osvaldo Negri, Vladislao Cap, Juan Carlos Murúa, Belén, Manfredini, Corbatta, Pizzuti, Julio Gianella, Pedro Dellacha, Héctor Bono, Sosa, Urbano Reynoso, Néstor De Vicente, Norberto Anido, Evaristo Sande, Natalio Sivo, Juan Kelemen, Arnaldo Balay y Luis Gómez. Negri y Cap fueron los únicos que disputaron todos los encuentros. Manfredini terminó como el máximo artillero académico con 19 conquistas. Pizzuti anotó 18 y también tuvo un gran aporte en materia ofensiva. 

Lo justo es rendirles homenaje. Hoy, a 58 años de la hazaña, y siempre. Por eso es una obligación ponerse de pie y recordar a los campeones.