Futsal Femenino

Con todas las letras: campeonas

Sábado 05 de Agosto de 2017
Las chicas no fallaron en la segunda final, empataron 2 a 2 con Kimberley y se consagraron por primera vez en la historia de la disciplina. Ferro se pintó de celeste y blanco y la Academia festejó a lo grande una alegría inolvidable.
Con todas las letras: campeonas
El premio a tanto talento y a tanta constancia llegó finalmente en una tarde de sábado, en pleno barrio de Caballito, en una final que no se borrará nunca más de la memoria de los cientos de hinchas que se acercaron a alentar a quienes, a esta altura, representan una incansable fuente de orgullo para el club. Racing, que ya había ganado por 5 a 0 en el primer partido, no dejó escapar esta histórica oportunidad, igualó 2 a 2 con Kimberley y se aferró con el alma al primer título conseguido en la Primera División de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Pese a la amplia ventaja, el arranque fue a puro nervios. El equipo de Claudio Martino y de Daniel Paletta batalló sin que la intensidad mermara pero no encontró con facilidad los circuitos de pases para romper la presión de las de Villa Devoto. Sólido en defensa, con Sol Domínguez como faro conceptual, aguantó la embestida y esperó su chance. Como era de esperar, Kimberley arriesgó poniendo a su arquera en campo contrario y Emilia Mendieta, a la salida de un avance fallido, abrió la cuenta con un remate tremendo. Enseguida, cuando todavía se oían los ecos del grito de gol, llegó el empate para que la calma no fuera total.

La escena se repitió en el complemento y Racing, sin mucho apuro, estuvo lejos de desesperarse. Cuando las circunstancias más demandaban entregarse, la figura de Carmen Brusca emergió para cortar todo lo que pasara cerca. Y, como si fuera poco, luego de un quite en terreno propio, la goleadora sacó un disparo bárbaro para estampar el segundo y enterrar las esperanzas adversarias. Hubo margen entonces para que la dupla técnica les diera minutos a todas sus jugadoras y hubo también margen para empezar a celebrar antes de que sonara la chicharra. 

Cuando la pelota dejó de rodar, la fiesta desplegó todo su color. Desde las tribunas cayeron las mejores canciones y el plantel se estrechó en un abrazo que paralizó el tiempo. Las sonrisas se estremecieron en una ronda de placer que reconfortó el esfuerzo de un grupo que, lo sepa o no lo sepa, ya se ganó un lugar en las páginas más gloriosas de nuestra historia deportiva. 

Para las chicas, todos los honores. Para las chicas, todos los reconocimientos. Para las chicas, en un mundo que exige cada vez con más fuerza que no haya más violencia de género, todas nuestras felicitaciones.

Fotos: Paola Lara.

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