José Seminario

Sin dudas, uno de los primeros grandes defensores centrales que tuvo “La Academia” en su frondosa y riquísima historia. Un verdadero mariscal que también supo desempeñarse como entreala derecho o centrodelantero convirtiendo una gran cantidad de goles. Llegó a Racing a la edad de 16 años y llegó a ser socio vitalicio y honorario.

Su historia

Nacido en 1981, llegó a Racing con apenas 16 años de edad luego de un fugaz paso por el Club Atlético Comercio. Por su físico imponente (que superaba los 90 kilos) se decidió ubicarlo en la última línea, como una suerte de barrera para los adversarios. Fue un claro referente nada menos que para quien resultaría su sucesor y con quien también compartiría la zaga: Saturnino Ochoa. Integró los planteles de Primera División de 1911 y 1912 luego de haber sido baluarte en el ascenso obtenido en 1910 al derrotar a Boca Juniors por 2 a 1.
De gran estatura y corpulento, era un recio back de notables condiciones técnicas, puntería notable y fuerte resistencia física. Se entendía a la perfección con sus compañeros, especialmente con Emilio Firpo y Pablo Frers cuando se alineaba en el ataque y, luego, con Germán Enrique Winne y Miguel López o Ángel Betular defendiendo en la retaguardia. Poseía una notable pegada, razón por la cual se lo designaba habitualmente para la ejecución de tiros libres y penales y convirtió, a lo largo de su extensa carrera, 50 goles. Integró la formación que disputó el primer partido internacional, en la victoria de Racing frente a Wanderers por 3 a 2 en 1908, obteniendo la Copa La Verdad.
Luego de su retiro del fútbol, “El Gordo” o “Perucho” –tales sus apodos- integró varias Comisiones Directivas y fue nombrado socio honorario y vitalicio. Al inicio del profesionalismo formaba parte de la Subcomisión de Fútbol y su fallecimiento se produjo el 12 de junio de 1937 cuando contaba con apenas 46 años de edad.

Títulos obtenidos

No obtuvo títulos con la camiseta de Racing.