Entre risas y anécdotas, entre bromas e historias, Racing e Independiente compartieron el martes por la noche una cena inolvidable que estuvo signada por la amistad. Como el próximo sábado se jugará el clásico correspondiente a la décima fecha de la Copa Campeonato de Juveniles, desde ambos clubes se decidió organizar un encuentro de camaradería con el objetivo de dejar en claro que la rivalidad en la cancha nada debe tener que ver con la violencia. La actividad fue un verdadero éxito y 120 chicos se encargaron de gritar a los cuatro vientos que el fútbol tiene que ver exclusivamente con la alegría y con la paz.

Casi 60 jugadores partieron desde la Casa Tita Mattiussi hacia Villa Domínico para ser recibidos con actividades recreativas. Las hamburguesas a la parrilla le dieron color a la iniciativa y los pibes compartieron sus sensaciones mientras devoraban la comida. Antes de terminar, hubo un show de magia y de ilusionismo que sacudió la modorra de todos. “Nuestra meta es ayudar a que se desdramatice el hecho de jugar un clásico. Apostamos a que esta iniciativa se replique todos los años y ya estamos pensando en cómo vamos a armarla para la temporada que viene”, aseguró Cecilia Contarino, una de las responsables del proyecto.

Que enfrentar a Independiente es un desafío que cautiva es tan cierto como que la violencia no tiene nada que hacer adentro de la cancha. Con un futuro enorme por delante, los chicos, en este caso, ya se transformaron en maestros y, desde el ejemplo concreto, nos enseñan de qué trata en realidad este juego.

Fotos: Paola Lara.