Fútbol Masculino

Racing volvió a sonreír con un agónico triunfo en La Paternal

Domingo 20 de Abril de 2014
En un duelo bastante opaco, correspondiente a la decimoquinta fecha del campeonato, la Academia aprovechó su momento, golpeó en el final y se impuso por 1 a 0 sobre Argentinos. De Paul, en un contragolpe efectivo, convirtió el único tanto del partido.
Racing volvió a sonreír con un agónico triunfo en La Paternal
Ganar siempre viene bien. Siempre. Se sabía en la previa que era una buena circunstancia para dar el golpe y no se dejó escapar la cita. Es verdad que la versión no fue la mejor y que el encuentro no regaló brillos pero lo importante en la tarde del domingo fue que Racing regresó al camino deseado. Desde lo numérico, tres puntos son tres puntos y sirven para reponerse de la reciente derrota en el Cilindro. Desde lo futbolístico, seguro que hay cuestiones que mejorar para ir hacia una identidad de juego reconocible. Pero hoy, antes que los análisis, es tiempo de festejos porque Racing venció de manera agónica por 1 a 0 a Argentinos en el estadio Diego Armando Maradona y alcanzó los 16 puntos en el torneo.

En una cita cargada de necesidades, lo más valioso fue el espacio. Por las dimensiones del terreno y por las dificultades de los dos equipos a la hora de elaborar, el control de cada centímetro de césped resultó vital para sacar alguna ventaja. No coincidieron los esquemas tácticos porque cada técnico optó por una fórmula distinta para buscar lo suyo. Si Reinaldo Merlo armó una renovada línea de cuatro atrás y paró a Rodrigo De Paul casi como extremo izquierdo, Claudio Borghi eligió una defensa de tres y cinco mediocampistas para tratar de ganar la zona sobre la base de una circulación de balón criteriosa. Ninguno terminó de sentirse cómodo en un partido que, tal como podía esperarse, era muy parejo y muy cortado. Los arcos quedaban lejos de casi todas las maniobras y el dominio era, básicamente, una joya preciada pero sin dueño.

Pese a intentar utilizar el ancho de la cancha para lograr profundidad, las chances académicas quedaron restringidas a los envíos aéreos. Una y otra vez, llovieron pelotazos que buscaron la posibilidad del gol por el aire. Casi sale en un par de incursiones de Gastón Campi, el más alto de los suyos, al segundo poste. No hubo contundencia para capitalizar el momento y el anfitrión compensó enseguida esos primeros minutos de zozobras. Leonardo Pisculichi fue la carta más inteligente de su conjunto y, con escasas intervenciones, alcanzó a poner a algún compañero en situación de ataque. Nelson Ibáñez, en la única acción en la que debió intervenir, rechazó un remate potente desde el borde del área. Después de eso, le alcanzó con cortar bien algunos centros para ofrecer las garantías requeridas.

Poco antes del descanso, Racing dispuso de su mejor ocasión para romper el cero. Una sucesión de pelotas que nadie alcanzó a sacar lo dejó a Gabriel Hauche con comodidad para rematar. El tiro, de zurda, mordido, se fue cerca del primer palo. No hubo más chances en ese tramo porque De Paul no encontró compañía para poder construir situaciones que pusieran en evidencia los huecos que había para ir por las bandas. Argentinos, como respuesta, ubicó sorpresivamente a Sergio Vittor dentro del área contraria. El volante se hizo el hueco para patear de derecha, aunque su intento también salió desviado. Los pequeños avisos obligaban a ajustar tuercas en una defensa que jugaba por primera vez junta.

Para el complemento, todo siguió igual. La imprecisión dominó la escena por completo y, aunque al duelo le sobraron emociones y urgencias, careció por completo de lucidez en la gestación. Necesitado de puntos, Argentinos procuró plantarse en campo contrario y empujó más como pudo que como quiso. Paciente para aguardar su oportunidad, la Academia se recostó contra su arquero y apeló al orden para alejar los problemas. Diego Villar reemplazó a Hauche con la idea de ganar presencia por la derecha y de detener así a un oponente que priorizaba ese sector a la hora de avanzar.  Roger Martínez ingresó por Viola y eso acentuó la posición de la visita, que se refugió en el contragolpe.

La expulsión de Lucas Rodríguez a los 25 modificó levemente las fuerzas en el desarrollo, ya que los locales quedaron con un hombre menos y, por lo tanto, se expusieron más. Un pase punzante de De Paul a Zuculini podría haber roto la paridad, pero la definición del mediocampista no fue acertada ante la salida de Nereo Fernández. Con el correr de los minutos, el Bicho asumió más y más riesgos y a la Academia se le presentó la opción de lastimar con espacios. En una de esas incursiones, llegó el gol. Iban 44 cuando De Paul, siempre el más desequilibrante, encaró y encaró hasta quedar contra Fernández. El remate, al primer poste, se metió para desatar el festejo celeste y blanco. Más allá de algún sufrimiento en el cierre, de un tanto anulado a José Sand y de la tarjeta roja a Aued, Racing celebró para escalar posiciones en la tabla y ahora sonríe de nuevo. 

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