Fútbol Masculino

A Racing no le salió y se quedó sin triunfo en el Cilindro

Domingo 07 de Septiembre de 2014
En un partido con varias polémicas, el equipo de Cocca, que comenzó arriba en el marcador, no pudo sostener la ventaja y perdió ante Lanús por 3 a 1. Hauche salió lesionado en la primera etapa y Centurión se fue expulsado cerca del cierre.
A Racing no le salió y se quedó sin triunfo en el Cilindro
La fortuna se empecina en marcharse. Por una cuestión o por otra, por virtud ajena o por error arbitral, la suerte no acompaña y las victorias se escurren. En el clásico, la sonrisa se escapó por poco y, esta vez, en el duelo por la sexta del campeonato, Racing volvió a tropezar con una piedra similar a la de la semana pasada. En el Cilindro, ante una multitud que aguardaba por la recuperación, la Academia, que mereció bastante más de lo que cosechó, perdió por 3 a 1 con Lanús en un partido cargado de polémicas.    

Un arranque soñado. Un intento, un gol. Así fue el inicio para el equipo de Diego Cocca, que salió con todo y que golpeó ni bien se le presentó la oportunidad. No había pasado nada de nada cuando la red se sacudió para calmar la ansiedad de la gente. Iba apenas un minuto cuando, tras una buena salida desde el fondo, Gabriel Hauche recibió por derecha y encaró desde afuera hacia adentro. Ante la mirada de los centrales, el delantero lanzó una asistencia profunda cruzada para la entrada de Adrián Centurión, quien controló para su mejor perfil y definió con precisión hacia el palo más lejano del arquero. Con ese envión, todo se hizo más sencillo en el primer rato del encuentro porque, con más intensidad que control de pelota, el dueño de casa consiguió dominar la escena.

El conjunto local no varió desde lo táctico en relación a las presentaciones anteriores y volvió a pararse con dos líneas de cuatro. Sin Diego Milito, fue Gustavo Bou la principal referencia ofensiva. Pero, a diferencia del encuentro anterior, la Academia pareció más compacta a la hora de ocupar los espacios y realizó con bastante eficacia las transiciones de ataque a defensa. Además, desde la presencia de Ezequiel Videla para interrumpir el circuito de tenencia ajeno y para entregar bien el primer pase, reiteradas veces logró superar a los volantes de Lanús. Así, con una circulación sencilla, Racing pudo aprovechar los huecos que dejaba una línea de fondo que no achicaba hacia adelante. Claro que la temprana salida de Hauche por lesión a los 19 –fue reemplazado por Facundo Castillón- complicó los planes de un equipo que quería lastimar de contragolpe.

En el otro rincón, la visita, que eligió ubicar tres delanteros para desequilibrar por las bandas, se vio obligada a avanzar el terreno frente a la desventaja en el resultado. Con Leandro Somoza como eje para elaborar, se repitió en el toque por adentro y eso facilitó la tarea de Videla, que apareció como el oxígeno que precisaba Racing para no dejarse avasallar. Con el correr de la primera etapa, Lanús fue empujando y, sin mucha imaginación, produjo alguna insinuación de peligro. En la primera, Leandro Grimi envió el balón al córner justo antes de que un rival se metiera a su espalda. Sebastián Saja no sufría demasiado y todo daba la sensación de estar dominado. Incluso, en un avance por izquierda, Centurión aceleró en el área contraria y cayó al suelo por un roce. Andrés Merlos no sancionó infracción y el duelo continuó. Pero con sobresaltos.

El reloj indicaba 31 cuando Lanús dispuso de un tiro libre desde la izquierda. La pelota dio en la mano de Gastón Díaz y ahí sí el árbitro pitó. Silvio Romero, exactamente a los 33, no desperdició la chance y estampó la paridad con una sutileza. En medio del enojo general, con una gran cantidad de amonestados por lado, el desarrolló no se detuvo. Sobraba vehemencia y faltaba claridad. En un ataque por derecha, Díaz recibió por detrás de todos, remató en busca del segundo poste y el balón dio en la mano de un adversario. Merlos tampoco cobró. Los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto aprovecharon el momento y castigaron antes del descanso en una de las pocas oportunidades que generaron: Diego González, a los 44, probó de media distancia y convirtió el segundo con un gran disparo.

Para el complemento, Luciano Aued ingresó por Acevedo y aportó inteligencia para hacer correr la pelota. Decidido a ir, Racing buscó asumir el protagonismo utilizando el ancho de la cancha. Castillón, por derecha, fue una carta interesante para desbordar a Marcos Pinto. Centurión, por el sector opuesto, incomodó bastante a Carlos Araujo. La primera ocasión nítida en la segunda mitad estuvo en la cabeza de Centurión después de un centro punzante de Grimi. Agustín Marchesín debió volar hacia el ángulo superior izquierdo para evitar el tanto. No mucho más tarde, fue Grimi el que probó desde lejos con un tiro que se fue apenas arriba. Iba a haber más porque era todo de la Academia, que buscaba a través de una multiplicidad de recursos sin dar en la tecla para alcanzar la igualdad.

Con vocación de no resignarse, Racing insistió. En especial, por el aire. Luciano Lollo se anticipó dos veces en el área adversaria pero sin la dirección necesaria. Diego Villar pisó el césped por Díaz con la idea de darle aire al mediocampo y trató de ser el socio de Aued en la gestación. Alrededor de la media hora, hubo otro desborde de Castillón y otra mano dentro del área. El árbitro la juzgó sin intención. Pero, pese a los obstáculos, los locales no abandonaron la pelea. Bou, siempre movedizo, aguantó de espaldas, giró y remató con potencia. Marchesín, a esa altura de lo mejor de la tarde, mandó la pelota al córner con mano cambiada. Ya en el descuento, con diez jugadores por la expulsión de Centurión, en un intento aislado, Romero anotó el tercero y liquidó la historia. No hubo manera, más allá del esfuerzo. Fue derrota, aunque no fue justo.

Notas relacionadas

"Hay que levantarse y seguir"

Fútbol Masculino

Sin lugar a reproches

Fútbol Masculino

"Salió como lo planificamos"

Fútbol Masculino