Fútbol Masculino

Saja: la intimidad de una twitcam exclusiva

Sábado 20 de Diciembre de 2014
El arquero de la Academia charló con los hinchas desde el comedor de su casa y contestó todas las preguntas sobre el campeonato. Después de media hora diálogo, el Chino despidió a la gente cantando “dale campeón”.
Saja: la intimidad de una twitcam exclusiva
Sebastián Saja no se sentó directamente delante de la pantalla. No. Antes, ofreció un vaso de agua. Se le dijo que lo mejor era que él tuviera uno cerca por si se le secaba la garganta de tanto hablar. Respondió que no, que iba a estar bien. El arquero de Racing jugó de anfitrión y lo hizo a pura caballerosidad. Por un rato, abandonó la merienda familiar con facturas y dejó de observar los pelotazos goleadores de su hijo más grande. Por un rato, abrió el comedor de su casa para que los visitantes instalaran el dispositivo que, durante media hora, lo iba a conectar de manera directa con centenares de hinchas que esperaban para conversar con él. “¿Cómo funciona esto?”, fue su primera pregunta. Comprendió el mecanismo enseguida, se ubicó en el sitio indicado y esperó que le llegaran las primeras señales del interrogatorio.

Hacía calor y todavía era de día. La tarde de verano se extendía y hubo unos minutos iniciales de silencio. De tremendo silencio. Por alguna cuestión técnica, no aparecían en la computadora las inquietudes de los hinchas que se sumaron a la twitcam. La iniciativa, que buscaba acercar a la gente a uno de los símbolos del equipo campeón, parecía trabarse por un azar tecnológico. Paciente, nervios de acero, Saja aguardó. Se presentó ante el público –aunque estaba claro que todo el mundo sabía quién era el que asomaba en escena- y convocó a la participación popular. Como si dominara el mundo de la televisión por completo, arrancó a contestar todo lo que se le venía encima en cuanto se solucionó el inconveniente. Risas, anécdotas y agradecimientos. Todo de forma imparable, casi sin respirar, a un ritmo frenético que daba la sensación de gambetear el paso del tiempo.

“No hay hinchas de Racing. Son todos fanáticos”, argumentó en un momento. “No siento que esté hablando con una computadora. Estoy charlando con los hinchas de Racing”, agregó convencido, sin hacer demagogia, ante una consulta con cierta dosis de humor. Los minutos pasaron y Saja debió anunciar el final. La despedida fue a lo grande porque, para deleite del público, entonó el clásico “Dale campeón” y el también ya clásico –al menos en el Cilindro- “Tenés que salir campeón este es el año”. SI hubiera habido multitudes delante de él, se habrían cansado de aplaudirlo. Pero solamente había tres espectadores que apenas si se animaron a esbozar una tímida sonrisa.

Lejos de las solemnidades, Saja agarró el mate, el termo y se puso a cebar mientras escuchaba los comentarios sobre la twitcam. “Se me hizo corta”, afirmó como si estuviera acostumbrado a exponer durante horas. “Estás para la televisión”, fue la respuesta que le llegó del otro lado de la mesa de madera. “No, para eso hay que estudiar”, replicó quien hace poquito se acercó al Predio Tita Mattiussi, junto a Nicolás Sánchez, para conversar con los futbolistas juveniles del club sobre la importancia de terminar el secundario.   

Sin creérsela, Saja grabó un último saludo por celular que tenía pendiente, se sorprendió cuanto le contaron que recibió un solo gol en la segunda mitad del torneo y acompañó a los visitantes al auto. Atrás habían quedado las cientos de preguntas que inundaron la cuenta oficial de Twitter de Racing; atrás había quedado la soltura para atacar con sinceridad todos los interrogantes de los hinchas. Antes del abrazo de despedida, se hizo el tiempo para analizar el fixture del próximo torneo y para combinarlo con la Copa Libertadores. Saja es bien de la Academia y lo dejó en claro una vez más. Los que participaron de esta propuesta de comunicación pueden dar testimonio de eso.

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