Fútbol Masculino

“Milito volvió porque quiere a Racing”

Lunes 22 de Diciembre de 2014
El que habló sobre el capitán académico con el sitio oficial es Humberto Maschio. El Bocha, al igual que el símbolo del equipo campeón, regresó en su momento de Italia para terminar su carrera en el club de sus amores. 
“Milito volvió porque quiere a Racing”
Cinco letras. Apenas se necesitan cinco letras para identificar a semejante gloria. Bocha. El Bocha. ¿Nombre completo? Va por las dudas: Humberto Dionisio Maschio. Crack entre los cracks, Maschio debutó en Racing en 1954 y se quedó hasta 1957. Ahí partió a Italia, donde jugó en gran nivel en Bologna, en Atalanta, en Inter y en Fiorentina. En 1966, a los 33 años, decidió volver a Avellaneda porque quería retirarse en el club que lo vio nacer. Su regreso estuvo lejos de pasar desapercibido. Más bien, fue a lo grande porque, en menos de dos temporadas, conquistó de manera consecutiva el campeonato local, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. Cualquier similitud con la historia de Diego Milito es algo más que pura coincidencia. 

A Maschio lo invadió la alegría porque festejó el título en el Cilindro con su hijo, que vino especialmente de Córdoba, y porque vio a Racing de nuevo caminando de la mano con la gloria. En una charla íntima con Racingclub.com.ar, el cerebro del Equipo de José contó sus impresiones sobre el impacto que generó en el club la vuelta del capitán.  

-Usted vivió una situación parecida a la de Milito. ¿Qué puede estar sintiendo él en este momento?
-Aunque fue campeón y goleador en Europa, creo que quería regresar a Racing. Lo conozco desde hace años y sé que viene de una familia fantástica. Supongo que debe sentir una satisfacción enorme. A veces, cuando volvés a esa edad, algunos pueden pensar que venís a robar. Pero Milito demostró ser un gran jugador, muy preparado, que sabe todo sobre el juego: si está adelante, busca el pase y el espacio; y, si se tira atrás, hace la pausa, cambia de frente y arma el juego. Es un futbolista muy completo. Con el descanso lógico, va a tener la posibilidad de hacer otro gran torneo. 

-¿Cómo fue su regreso a Racing en 1966?
-Yo tenía 33 años y había jugado muy bien ese año en la Fiorentina. Tito Pizzuti me llamó y me dijo que me quería en el plantel. Me senté con el presidente de la Fiorentina y, en principio, no nos pusimos de acuerdo en los números. Entonces, le propuse un pacto de caballeros: acepté la plata que me ofrecía pero puse la condición de que, si Racing me llamaba en marzo, me podía ir. Y así fue. 

-¿Se sumó, entonces, en marzo a la Academia?
-Claro. Me acuerdo de que mi último partido allá fue un triunfo por 5 a 1 al Vicenza. Al domingo siguiente, teníamos fecha libre y me organizaron un partido de despedida. La verdad es que se portaron bárbaro conmigo. Tito me esperó hasta marzo. Debuté en los primeros días de abril contra Chacarita. 

-¿Por qué cree que Milito eligió volver si todavía estaba en condiciones de seguir jugando allá?
-Por Racing. A mí me pasó lo mismo. Desde chiquito, me tiraba Racing, siempre amé al club y quería terminar mi carrera acá. Yo pensaba que iba a volver más tarde pero se dio la oportunidad así. Creo que a él le pasó eso, aunque vino un poco más grande. Lo bueno es que llegó y salió campeón. 

-¿Cuál es el principal aporte que le hizo Milito al equipo?
-Le aportó experiencia. Sobre todo, experiencia. Yo aporté lo mismo en su momento. En lo futbolístico, también hay similitudes. Yo arranqué como delantero y era bastante goleador. Después, me fui retrasando en la cancha. En Atalanta comencé a andar muy bien porque llegó un técnico nuevo, Ferruccio Valcareggi, que me sugirió pararme como mediocampista para tener más panorama. Me dio libertad y me acostumbré enseguida. Y con Milito pasó algo así: de a poco, se fue tirando atrás para agarrar la pelota. 

-¿También cumple un papel importante a la hora de aconsejar a los más chicos?
-En mi caso, no se dio tanto porque estaba Pizzuti, que tenía mucha personalidad y que hablaba mucho. Yo trataba de transmitir mi experiencia y todo lo que había aprendido del profesionalismo italiano. Por lo que sé, Milito sí es un gran referente en el vestuario para los demás jugadores. 

-¿Cómo hace un jugador como Milito para mantener las ganas de ganar después de una carrera tan brillante?
-Primero, hay que amar al fútbol y al club; y, segundo, hay que tener ambición, no conformarse. Yo, después de salir campeón en 1966, quería ganar la Copa. Siempre busqué más. Pienso que a Milito le pasa lo mismo. Ganó todo pero quiere más. Ahora ya debe estar pensando en la Libertadores. 

-¿Para los hinchas tiene una importancia especial que haya jugadores que decidan terminar sus carreras en el club?
-Sí, sin dudas. La gente de Racing es muy especial y lo valora. Cuando Milito sale a la cancha, lo ovaciona y le muestra todo el afecto. Hay un doble reconocimiento: por su capacidad y por su identidad con el club. 

-¿Por qué Racing fue un justo campeón?
-Creo que fue el mejor por el compromiso y por las ganas. No tanto por el fútbol. Hasta la mitad del campeonato, River era superior y nosotros nos conformábamos con estar entre los primeros para entrar a alguna copa. Después, el equipo se acomodó y mereció ganar el título. Cocca hizo un buen trabajo y arregló en especial los temas defensivos. Además, tuvo que amalgamar a muchos refuerzos, algo que no es fácil. Pero, finalmente, encontró la estructura necesaria. 

-¿Cuánto cree que influyeron Milito y Saja como referentes del grupo?
-Desde afuera no es sencillo saberlo pero pienso que fueron importantes porque se ganaron el respeto. Eso hizo que los escucharan mucho. Después, las cosas pueden salir mejor o peor pero la tendencia de ellos es liderar el vestuario. 

-¿Cuál es el jugador de este equipo que más se le parece?
-No hay uno que cumpla exactamente mi función. Quizás, Milito, cuando se tira atrás y hace la pausa. Yo hacía lo mismo que él y me retrasaba para darle juego al equipo. Pero él, además, llega mucho al gol.  

-Ahora se viene la Libertadores, un desafío que usted conoce bien. ¿Cómo ve a Racing para el año que viene? 
-Bien, bien. Creo que el equipo no tiene techo. Fue de menor a mayor. Al principio, no me convencía pero se fue asentando de atrás para adelante. Debido a las competencias que habrá, pienso que deberían traer dos o tres jugadores importantes para reforzar algunos puestos claves. Hay chicos, como Acuña y como Centurión, por ejemplo, que tienen muchas condiciones y que, si aprenden cosas del juego, podrán demostrar todo lo que tienen para dar. 

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