Fútbol Masculino

Una victoria para no descuidar ningún frente

Domingo 01 de Marzo de 2015
Por la tercera fecha del torneo, Racing derrotó en el Cilindro a Temperley por 2 a 1. El equipo de Diego Cocca jugó un gran primer tiempo pero terminó sufriendo. Marcos Acuña y Gustavo Bou hicieron los goles.
Una victoria para no descuidar ningún frente
Misión cumplida. En un domingo de llovizna y de humedad, en un domingo que pintaba para lujo y que acabó envuelto en zozobras, Racing, que venía de perder con Rosario Central y de empatar ante Olimpo, se sacó las ganas en el Estadio Presidente Perón y sumó por primera vez de a tres en el campeonato local. Fue por 2 a 1 frente a Temperley, sin que le sobrara demasiado pero con la tranquilidad de haber saldado una deuda que estaba pendiente.

Apenas algo más de un cuarto de hora le llevó al equipo de Diego Cocca ser superior en el resultado y en el desarrollo. Sin embargo, la primera ocasión de riesgo de la tarde fue para la visita. Iban tres minutos cuando Adrián Brandán cortó al vacío con una diagonal punzante, controló la pelota y quedó de cara a Sebastián Saja. El arquero achicó rápido y Leandro Grimi llegó con lo justo para rechazar. El susto pareció despertar al conjunto local, que, en la primera que tuvo, golpeó con contundencia. Luciano Aued, en el día de su cumpleaños, recibió cerca de la medialuna del área. Su pase, preciso y profundo, lo encontró a Washington Camacho por izquierda, libre para cabecear hacia adentro. Marcos Acuña apareció solo para empujar a la red y destrabar el cero.

El monopolio de la tenencia del balón y la presión sobre el rival fueron los principales argumentos que utilizó el dueño de casa para seguir creciendo en el campo. La salida desde abajo era prolija, Aued se encargaba de manejar los tiempos y Camacho asomaba como el hilo conductor para abastecer a los de arriba. Gustavo Bou, con un par de desmarques, dejó en claro que es muy difícil de detener para cualquier defensa. Y, en ese contexto de dominio notable, llegó el segundo. La acción, a los 17, la inició Aued con un buen quite en la zona del círculo central. Brian Fernández condujo y Bou recibió con metros para explotar. El goleador entró al área, midió a Federico Criveli y remató. El tiro pegó en el cuerpo del arquero y se metió para traer más calma todavía.

Dos distracciones en la última línea le podrían haber costado el descuento a Racing. A los 23, un cabezazo se estrelló en el travesaño de Saja y, al ratito, otro envío aéreo salió bastante cerca del poste derecho. Ninguna de las acciones bastó para poner en peligro un partido en el que las variantes ofensivas de la Academia daban la sensación de ser demasiado para un rival que no lograba recomponerse de la desventaja. Con los laterales pasando al ataque, con todas las piezas participando del circuito de posesión, la oportunidad para ampliar la diferencia se presentó después de la media hora. Bou desbordó por derecha, Camacho cabeceó al palo y Yonathan Cabral desvió el rebote. Faltaba el toque final.

Temperley se plantó en el complemento con otra actitud. Reacomodó la estructura de sus volantes, presionó con más énfasis y fue por el gol que lo devolviera al encuentro. Una acción polémica dentro del área de Saja –Saúl Laverni no vio infracción de Cabral- podría haberle funcionado como carta para arrimarse en el marcador. Fabián Sambueza ejecutó un tiro libre que se fue ahí nomás del ángulo superior izquierdo de Saja. Sin el control de la pelota, a la Academia se le tornaba molesta la segunda mitad. Cocca quiso ganar despliegue entre los mediocampistas y mandó a la cancha a Nelson Acevedo. Envuelto en aplausos, Ezequiel Videla se sentó entre los suplentes.

No le resultaba sencillo a Racing hallar la dinámica que había tenido en la etapa inicial y, por ende, no conseguía que el desarrollo se pareciera a su deseo. Javier Grbec, a los 26, aprovechó una incursión por derecha de los suyos para aparecer por el segundo poste y anotar. El tema seguía siendo despertar y Santiago Nagüel reemplazó a Camacho con esa intención. Pero la cosa no era nada fácil porque, a los 29, Luciano Lollo se fue expulsado. Quedaban más de 15 minutos y había que aguantar con un hombre menos. Nicolás Sánchez sustituyó a Bou y la defensa volvió a quedar armada como al principio. Fundamental era no distraerse en el tramo que restaba.

Fue con suspenso el final. Con suspenso y con tensión. Porque el cansancio dio la sensación de instalarse en los jugadores de la Academia y porque, como pudo, la visita apostó por la heroica. Grimi asomó como abanderado para rechazar todo lo que pasó cerca y Pillud le entregó aire a sus compañeros con un pique salvador. Llegó el último córner y hubo que resistir. El pitazo de Laverni fue la noticia que todo el Cilindro esperaba. Alivio y triunfo. Lo que se precisaba. 

Notas relacionadas

"Hay que levantarse y seguir"

Fútbol Masculino

Sin lugar a reproches

Fútbol Masculino

"Salió como lo planificamos"

Fútbol Masculino