Fútbol Masculino

Un empate que huele bien

Jueves 04 de Febrero de 2016
Racing, que estuvo dos veces abajo en el marcador, logró terminar 2 a 2 ante el Puebla como visitante y rescató un buen resultado de cara a la revancha en Avellaneda. Gustavo Bou y Ricardo Noir convirtieron para la Academia.
Un empate que huele bien
El amor propio se transformó en el mejor recurso para afrontar una cita cargada de complejidades. A veces, cuando el fútbol no es el de las mejores jornadas, cuando la altura conspira contra la precisión, no está nada mal poder recurrir a la fortaleza anímica para sacar adelante un encuentro de esos en los que hay muchas cosas en juego. Y eso hizo Racing en el Estadio Cuauhtémoc: cuando peor la pasaba, cuando parecía que el Puebla lo avasallaba, mostró valentía y audacia y se quedó con un empate 2 a 2 que le sostiene la ilusión encendida. Claro que quedará resolver la historia en Avellaneda y claro que no será sencillo. Pero los dos goles convertidos en México son suficiente esperanza para no dejar de apoyar al equipo.

Matías Alustiza, con un tiro libre bien ejecutado cuando iban solamente dos minutos de la primera parte, se encargó de nublar el próspero panorama inicial. La barrera lució endeble, Sebastián Saja no llegó a desviar y el conjunto de Pablo Marini se encontró rápidamente, sin haber acumulado méritos, en ventaja. La Academia puso sobre la mesa su mejor temple y esperó sin caer en la trampa. Nicolás Sánchez salió del fondo con prolijidad a los 13 y generó superioridad numérica en el medio. Un pase cruzado y largo encontró solo a Acuña contra la banda. El zurdo lanzó un centro rasante para la entrada de Gustavo Bou y el goleador no falló. Así se llegó al descanso, con el desarrollo parejo porque del local era la pelota pero de nadie eran las situaciones de peligro.

El horizonte no varió para el complemento. Los muchachos de Facundo Sava no sufrían. O eso, al menos, parecía. Porque, a los ocho, Saja le cometió una infracción a David Toledo dentro del área y Alustiza no falló desde los doce pasos. Y Racing tuvo que reflotar otra vez un duelo que se le hacía cuesta arriba. El ingreso de Oscar Romero por Diego Milito implicó una variante táctica que dio rédito. Con el paraguayo parado detrás de Bou, los de Avellaneda manejaron más y mejor el balón. Ricardo Noir, que reemplazó a Federico Vismara a los 25, estampó el segundo tres minutos más tarde para traer la calma. Antes del cierre, Washington Camacho ocupó el lugar de Marcos Acuña. También antes del cierre, Racing contó con varias aproximaciones que le podrían haber dado la victoria.

Aunque no hubo triunfo, sí se vio una muestra de carácter que invita a continuar soñando. Las buenas dosis de amor propio siempre huelen bien.

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