Nada de pergaminos, nada de privilegios. Acá, cuando hay que ponerse el overol para defender con uñas y dientes lo conseguido, nadie se hace la estrella. Lisandro López llegó a un grupo en el que el mensaje de sacrificio no está puesto en discusión y se adaptó a la perfección a una lógica que le viene permitiendo a Racing ser protagonista en muchas de las últimas competencias. La clasificación obtenida en La Paz tuvo ese aroma a esfuerzo colectivo y Licha estuvo entre las figuras de la cancha. Jugó y corrió, aguantó la pelota y se asoció, marcó y presionó. A veces solo y a veces algo más acompañado, lo cierto es que nunca escatimó energías para aportarle su granito de arena al equipo. Y, después de semejante desgaste, hasta tuvo margen para conversar a solas con Racingclub.com.ar. 

-Costó pero se llevaron lo que vinieron a buscar. ¿Qué sensaciones te dejó el partido?
-Estoy muy contento. En serio. Éste era el partido porque nosotros habíamos dejado escapar la chance el miércoles pasado y eso nos obligó a venir a buscar la clasificación acá a La Paz. Creo que hicimos bien las cosas, que hicimos un trabajo a la altura de lo que se esperaba. Necesitábamos pasar y lo logramos. No es poco.

-No solamente hubo esfuerzo sino también un planteo inteligente. ¿Qué tan merecido fue el resultado?
-Pienso que fue justo. Sabíamos lo que veníamos a hacer. Nos preparamos mucho para eso. La idea era replegarse bien, tener la pelota el máximo tiempo posible y meter algunas contras cuando pudiéramos. Lo hicimos bien y por eso nos llevamos la clasificación.

-Da la sensación de que la unión del plantel es fundamental a la hora de afrontar estos desafíos. ¿Qué tanta importancia tiene el factor grupal?
-Mucho valor. Muchísimo. Éste es un grupo muy unido y con mucho orgullo. Pero también es un grupo muy profesional y, como profesionales que somos, nos entrenamos al máximo. Hoy mostramos orgullo y amor propio para llevarnos este empate. 

-¿Volviste para esto, para que pelear cosas importantes con el club?
-Sí, por supuesto. Volví porque quería jugar en Racing y, obviamente, dentro de mis ambiciones deportivas, que mantuve intactas a lo largo de mi carrera, está el hecho de querer ganar títulos con el club que quiero. 

-Por fuera del rendimiento, ofrecieron una imagen de entrega absoluta. ¿Fue también un mensaje para que el hincha sepa que este equipo siempre va a dejar todo?
-Seguro. La idea es esa: más allá de jugar bien o mal, la entrega no se negocia. Hay que brindarse al máximo en cada partido y en cada entrenamiento. Y todos tenemos que hacerlo. Esto no puede estar en discusión. Yo lo hago todos los días y sé que mis compañeros también. Confío en ellos como ellos confían en mí. Sólo así se pueden conseguir grandes cosas.