Fútbol Masculino

Sonrisas de sábado por la noche

Sábado 15 de Abril de 2017
La Academia se quedó con tres puntos valiosos en su excursión a Junín y no se baja de la lucha por los puestos de privilegio en el torneo. Con dos apariciones en la red de Lautaro Martínez en el complemento consiguió la ventaja y, a pesar de los embates de Sarmiento sobre el final, se quedó con el partido por 2 a 1. De esta manera, el equipo espera la reanundación del partido ante Tigre del miércoles para seguir prendido en la pelea entre los de arriba.      
Sonrisas de sábado por la noche
Tuvo raptos de eficacia después de una nutrida cantidad de situaciones con las que contó para convertir. Tuvo momentos de fútbol asociado y vistoso con el poker ganador de la noche conformado por Acuña, Martínez, Bou y González. Tuvo oficio para controlar las acciones luego del segundo gol a favor, mientras buscaba el tercero para cerrar el resultado. Y tuvo aplomo para aguantar los embates del local, que tras el descuento en los instantes finales se lanzó con todo en pos de conseguir un empate con cierto tinte heroico. Pero el fútbol estuvo del lado de Racing. La pelota, los goles y el festejo, también. Por que en la noche de Junín la Academia hizo lo necesario para quedarse con una victoria de esas que se disfrutan más allá de mirar sólo el resultado. Y ese es un motivo más que destacable como para cerrar el sábado con una sonrisa. O con más de una, en realidad.

Si algo quedó claro tras el pitazo de Loustau que cerró el primer tiempo, fue que la falta de puntería en los metros finales había sido el factor determinante que le negaba hasta ese momento el triunfo a Racing. La visita había sido más que Sarmiento y se encargó de demostrarlo durante buena parte de los 45 minutos iniciales. Pero los embates ofensivos de los mediocampistas y de los delanteros chocaron una y otra vez contra un lúcido Chiarini o frente a la ineficacia propia a la hora de convertir. El Pulpo tuvo un par. La Pantera y el Huevo contaron con las suyas también. Y Lautaro no pudo marcar en dos ocasiones claras, de esas que hacen que uno se tome la cabeza tras ver como se escapa la chance del gol. Pero la Academia estaba cerca. Y Sarmiento estaba lejos. Por que a pesar de lo parejo de las acciones y de un dominio repartido de la pelota, Orión sólo debió trabajar ante un tiro a larga distancia de Cosaro.

Y si una cosa apareció clara en el horizonte del juego una vez transcurridos los minutos iniciales del complemento, fue que Racing iba a llegar a convertir. Los goles iban a aparecer. Porque Acuña mejoró aún más lo hecho en la primera mitad - que ya había sido destacable - y se tornó imparable para sus marcadores. Porque Bou y González ajustaron detalles clave en los que habían fallado antes y sumaron desde lo individual para lo colectivo. Y porque a Martínez las chances que nunca dejó de buscar se le transformaron finalmente en goles. Así llegó el primer tanto, luego de un avance en solitario del joven delantero que finalizó con un derechazo cruzado, rasante e inatajable desde afuera del área. Y el segundo gol, tras una veloz y precisa combinación del tándem generado entre el 17 y el 7, que finalizó con un toque certero a la red, bien de centrodelantero, del 32.

Los instantes finales transcurrieron con cierta incertidumbre, es cierto. Racing lo tenía controlado, pero Astina encontró la manera de despertar de su letargo a Sarmiento con dos derechazos certeros. Uno terminó en gol y el otro se estrelló en el travesaño de la valla defendida por Orión. No fue suficiente para los rivales y no quedó tiempo para más. En Junín el equipo se hizo fuerte y ganó. Ahora se viene Tigre, con 67 minutos pendientes por jugar en el Cilindro este miércoles y que pueden hacer que la ilusión de pelear arriba siga viva. Mientras tanto, Racing gana y sonríe.

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