Fútbol Masculino

La recuperación tendrá que esperar

Domingo 21 de Mayo de 2017
Racing no pudo salir adelante después de la derrota en el clásico y, lejos de sus mejores rendimientos, perdió con Rosario Central por 4 a 1. Licha López empató circunstancialmente pero eso no fue suficiente. La Academia deberá mejorar.
La recuperación tendrá que esperar
En una noche en la que las luces escasearon, Racing padeció sus equivocaciones en zonas puntuales del terreno y se fue con las manos vacías del Gigante de Arroyito. El equipo de Diego Cocca no halló la fórmula para superar al anfitrión y desaprovechó la posibilidad que se le presentó para volver a sumar. La derrota por 4 a 1 ante Rosario Central, más allá de qué tan justo haya sido el marcador final, dejó en claro que la Academia estuvo lejos de las actuaciones que entusiasmaron a su gente hasta hace no hace tanto.

La calma al costado del Río Paraná apenas duró algo más de dos minutos porque Javier Pinola, a la salida de un córner, se encargó de estrellar un remate en el travesaño que puso los pelos de punta a la visita. De ahí en más, todo fue complicado porque la pelota le perteneció al conjunto de Paolo Montero y porque Racing no encontró la manera de imponer condiciones ante un rival que asumió el protagonismo de entrada. Después de un par de amenazas relativamente serias, Teófilo Gutiérrez convirtió a los 22 aprovechando una corrida profunda de Hernán Menosse. No le resultó sencillo recomponer la imagen al equipo de Diego Cocca, que aguardó la llegada del descanso para intentar ajustar algunas tuercas y retomar el ritmo del encuentro.

Casi sin haber acumulado méritos en ataque, la Academia igualó el partido: Licha López, desde los doce pasos, anotó a los siete para que la ilusión remontara vuelo. Sin embargo, el envión duró poco porque nuevamente los desajustes en el área propia pasaron factura. En una ráfaga de contundencia, el dueño de casa sacó otra vez ventaja. Esteban Burgos marcó a los 10 con un derechazo potente y, a los 14, Washington Camacho estiró la distancia con un cabezazo al ángulo. Ya no estaba en la cancha Gustavo Bou –había salido en el primer tiempo con una molestia muscular-. Diego Cocca puso a Marcos Acuña para tratar de ir por el descuento y, más por amor propio que por lucidez conceptual, Racing se aproximó al arco de Diego Rodríguez.

Ante la ausencia de acciones concretas de riesgo, Marcelo Meli ingresó por Gastón Díaz. Las variantes, a esa altura de la noche, no ofrecieron los frutos esperados y, con mucho terreno por recorrer, Maximiliano Lovera sentenció la historia con una definición exquisita. Lo que viene será mirar hacia adentro y dar con las respuestas que exigen las circunstancias. A la temporada todavía le falta y la Academia debe seguir apuntando a su objetivo.

Foto: Alberto Brugnara.

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