Dicen las estadísticas que en el Estadio Atanasio Girardot entran nada más ni nada menos que 44.739 espectadores. Nadie sabe con exactitud cuántos estarán el jueves 27 de julio a las 21.45 (hora argentina) cuando Racing, en el inicio de una nueva temporada, visite a Deportivo Independiente Medellín por la revancha de los 16avos de final de la Conmebol Sudamericana. Lo que sí es un dato indiscutible es que este escenario –llamado así en homenaje a Manuel Atanasio Girardot Díaz, un prócer que luchó en las guerras de independencia de Colombia y de Venezuela-, ubicado en una zona residencial llamada Barrio Estadio, está entre los más grandes del país cafetero.

Quienes estudiaron el despliegue de Medellín sostienen que la construcción del estadio se enmarca en el desarrollo económico y social que protagonizó la ciudad en las primeras décadas del Siglo XX. Como consecuencia, el proyecto se aprobó en 1937, los terrenos se consigueron en 1946 y la obra, dirigida por el ingeniero Guillermo González Zuleta, se inauguró finalmente el 19 de marzo de 1953. Si bien el eje está puesto en el fútbol –por ejemplo, se jugaron allí varios encuentros de la Copa América 2001, la cancha está emplazada dentro de la Unidad Deportiva que lleva el mismo nombre y que incluye –entre otros espacios- al Coliseo Cubierto Iván de Bedout, el Diamante de Béisbol Luis Alberto Villegas, el Velódromo Martín Emilio Chochise Rodríguez y el Estadio de Atletismo Yesid Santod.

Como en casi toda Colombia, el Atanasio Girardoy es propiedad de la Alcaldía de Medellín y es utilizado tanto por Deportivo Independiente Medellín como por Atlético Nacional. Sólo Deportivo Cali tiene un estadio propio: el Monumental de Palmaseca, donde la Academia jugó por la fase de grupos de la Copa Libertadores 2016. Al no ser los clubes dueños del lugar, se realizan también ahí actividades culturales que no necesariamente tienen que ver con la pelota. ¿Como cuáles? El 5 de julio de 1986, el Papa Juan Pablo II dialogó con la comunidad católica de buena parte del país; Soda Stereo hizo vibrar el campo y las tribunas en octubre de 1995; el grupo mexicano Maná tocó para más de 20.000 personas a mediados de 2012; y Madonna hizo lo propio para 47.000 fanáticos en noviembre de ese mismo año.

La ilusión de Racing ya sabe hacia dónde camina. Será cuestión de conocer bien el desafío que nos toca para poder seguir soñando de pie.