“El 1 de noviembre del año 2007, en pleno corazón de la zona financiera y empresarial de la ciudad de Medellín, abrió sus puertas solemnemente el Hotel San Fernando Plaza, un espacio dedicado a la recepción del público empresarial y a la satisfacción de las diversas necesidades de la cada vez más creciente clase de ‘luxury business travelers’ que visitan Medellín”, reza la página web del sitio en el que se alojará Racing para afrontar el nuevo desafío por la Conmebol Sudamericana. Lejos de cualquier ‘lujoso viaje de trabajo’, la Academia sabe bien que lo importante en esta excursión a tierras colombianas será dejar dejar de lado las exquisiteces y regar de sudor el campo del Estadio Atanasio Girardot para lograr la clasificación. 

Catalogado con cinco estrellas, el hotel que el plantel comandado por Diego Cocca transformará en hogar por unos días cuenta con 167 habitaciones de primer nivel y con una pileta muy útil para escaparle a la habitual humedad de Medellín. Ubicado en Poblado, una de las zonas residenciales más cautivantes de la capital del departamento de Antioquia, se encuentra rodeado de una gran cantidad de lugares de esparcimientos. Parque Lleras, en el corazón de ese barrio, es el epicentro de esa sucesión de bares y de restaurantes que invitan a pasar un buen momento. Sin embargo, para cuidar el plan nutricional pautado por el cuerpo técnico, el equipo comerá en el salón emplazado en el octavo piso del San Fernando Plaza. 

Para terminar de adornar un panorama repleto de comodidades, la morada elegida por el Departamento de Fútbol Profesional –la misma que escogió River en su reciente viaje a Medellín por la Copa Libertadores- tiene gimnasio, spa, sauna y un bar que funciona todo el día. De cara a un encuentro que no resultará sencillo, la prioridad siempre es ofrecerles a los futbolistas el ambiente adecuado para descansar y para concentrarse. 

La Academia tiene todo listo para salir a la cancha. Sólo 9,6 kilómetros –aproximadamente media hora de en micro- separan la puerta del hotel del estadio. Como queda en evidencia, hasta el más mínimo detalle está cuidado para que el sueño continental no se venga abajo.