Por la tenacidad para buscarlo, por la valentía para inventar cuando las agujas se detenían y por el corazón para no darse por vencido en ningún momento, Racing se aferró a un triunfo clave para seguir creciendo en la tabla de posiciones. Fue ante Tigre, en el partido pendiente de la novena fecha, por 3 a 2 y en la mañana del miércoles. Fue gracias a una agónica ráfaga de contundencia que le permitió a la Academia, que venía de igualar con Estudiantes, llegar a la línea de los 22 puntos. 

Arrancó con buen ritmo el encuentro porque, antes del cuarto de hora, el dueño de casa tuvo la chance de abrir el marcador desde los doce pasos. Sin embargo, el tiro de Lautaro Martínez dio en el poste y, en el contragolpe, la visita se puso en ventaja con una buena definición de Ramón Miérez. Fue Matías Zaracho, una carta siempre capaz de desnivelar, el que empató antes del descanso para darle aire al anfitrión. Fue superior la Academia en la etapa inicial pero no consiguió acertar en los metros finales.

Las emociones llegaron hacia el cierre del complemento. Maximiliano Cuadra, que arrastra una buena racha goleadora, anotó a los 35 para encaminar las cosas. Sin embargo, cuando quedaba nada, Miérez hizo aparecer su oportunismo para estampar otra vez la paridad. Pero Racing tenía guardada su mejor baraja y la sacó a relucir en el descuento: Guillermo Hauche, que había entrado un rato antes por Mariano Bareiro, marcó para desatar la alegría entre los locales.

Fotos: Juan Carlos Baldovino.