A los 32 años, Julieta Di Blasio lleva con orgullo la cinta de capitana de las Panteritas, el equipo de voley que consiguió el ascenso a la segunda categoría de la Liga UniLiVo. A los 14 llegó por primera vez a la Sede de Villa del Parque para aprender a jugar al deporte que ama y desde entonces viaja todas las semanas desde Francisco Alvarez, donde vive junto a sus padres, su hermano Franco y sus inseparables perros. Y tanto esfuerzo se disfruta en este momento de felicidad. "Es una función fundamental: tener que asumir distintos roles como compañera, psicóloga, soporte, estar del lado de mis compañeras como del de la entrenadora (Erika Reynoso), conciliar... Es complejo, pero te genera una sensación muy satisfactoria al ver como cada pieza encaja en el todo", cuenta sobre su función como capitana.

-¿Era muy esperado este ascenso?
-Totalmente. Sabemos que la segunda división es la base de nuestro potencial. Ahora jugaremos con un plus, conocemos la categoría, así que trabajaremos en nuestros aspectos más débiles para mantenernos y seguir creciendo.

-¿Cuáles fueron tus sensaciones luego de conseguir el objetivo?
-Ese momento lo voy a atesorar por siempre. Ver el llanto y las risas de mis compañeras, la gente aplaudiendo desde afuera y la alegría infinita de haber hecho las cosas bien. Todavía se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo. Saber que tuve la oportunidad de vivirlo como jugadora y capitana, con el apoyo de familiares y amigos... Todo se resumen en una palabra: satisfacción.

El día del ascenso fue épico, ni la lluvia ni la tardanza del árbitro en llegar al encuentro pudieron con la alegría de las Panteritas. "En ese momento te das cuenta de que todo esfuerzo tiene recompensa y que ante la actitud y el sostén entre unas y otras ningún nervio nos pudo jugar una mala pasada", comenta Julieta, quien por su dedicación y pasión por el voley tiene menos horas de sueño en su vida, menos tiempo para estar con su familia y sus amigos, así como también debe faltar a cumpleaños y salidas. Sin embargo, todo vale la pena al momento no sólo de coronarse sino también de llegar a la Sede de Villa del Parque, desde ya hace 18 años, y ver lo mucho que creció la actividad y las mejoras que de a poco se establecen en el lugar.

Julieta formó parte del equipo de voley de Racing en varias oportunidades, pero nunca había podido lograr un primer puesto. Este fue especial, fue el broche de oro, fue cumplir una cuenta pendiente y poder gritar campeón.

Texto: Ludmila Espadinha