Racing tenía 18 años de vida cuando por primera vez la pelota naranja corrió pintada de celeste y blanco. 97 temporadas después, justo cuando el equipo que comanda Germán Intonio se prepara para debutar en el Torneo Federal, el recuerdo aparece intacto para mostrar que desde principios del siglo XX la Academia fue un club que construyó su grandeza desde el fútbol y desde más lugares que el fútbol.

“La organización de un campeonato interno, en que se inscribieron diez teams, dio lugar a que se presenciaran interesantes luchas, desarrollándose estas dentro del mayor entusiasmo, demostrando al propio tiempo el grado de adelantado alcanzado por los componentes de los teams inscriptos”, se lee en la Memoria y Balance de 1921. Según consta en el documento oficial, el torneo se organizó a partir del impulso de un grupo de socios que consiguió la cesión del terreno lindero a la sede social. Antonio Córdoba y Alejandro Unsain, los propietarios del lugar, lo prestaron para que los triples asomaran. El título del certamen que inauguró la tradición basquetbolística en la institución quedó en manos de un equipo autodenominado “Verdes”. Bay, Arregui, Barros, Caimari, Zetti y Duhart integraron la nómina del conjunto que alzó el trofeo. 

Tiempo después, Racing participó del Campeonato Argentino de Basket Ball, invitado por el Club Universitario y en la categoría Tercera División, y se consagró ganando todos los partidos. Los dueños de ese primer abrazo a la gloria fueron Guillermo Price, Juan Martínez, Armando Ozta, Osvaldo Ohaco, Hugo Martín Barceló, Guillermo Ortiz y Noé Gómez. Ninguno de los siete se imaginaba que ese sería el puntapié inicial de algo grande.

Con renovadas esperanzas pero con el mismo espíritu que se impuso a partir de 1921, la Academia arrancará el viernes ante Lanús una nueva etapa en el proceso de reconstrucción de su vínculo con el básquet.