Avellaneda, ciudad del fútbol argentino. No existen muchas sitios en el mundo con tan marcada densidad futbolera como la que cobija a Racing (y también a Independiente). Por historia, tradición y títulos, resulta arduo encontrar semejante concentración en espacio reducido en torno a la pelota (Buenos Aires, Madrid, San Pablo y Milán, por citar otros ejemplos, superan en extensión territorial, porque Avellaneda es un resumen de pasión y gloria en apenas 54 kilómetros cuadrados).

Con la proximidad de la Copa América 2020, cuyo inicio está previsto para el 12 de junio del año próximo, Avellaneda se asume como la sede ideal para cobijar al torneo de selecciones más antiguo del mundo. Y Racing, designada por AFA y ratificada por Conmebol como uno de los estadios para esa competencia, avanza en su compromiso para la mejora integral del Cilindro, conforme normas FIFA.

La reciente reunión entre Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, con Víctor Blanco, Bárbara Blanco y Diego Milito fue una ratificación de esa decisión de llevar al Presidente Perón al más alto estándar internacional, en un beneficio que se extiende mucho más allá del club. Porque, como quedó ratificado en el encuentro mencionado, una obra de la dimensión proyectada tendrá consecuencias favorables a nivel de la provincia de Buenos Aires (contaría con otro estadio moderno, como lo es el Ciudad de La Plata, apto para usos múltiples) y, por supuesto, en el ámbito de Avellaneda. Allí resaltan los beneficios colaterales, con mejoras de infraestructura permanente para la comunidad (accesos, sistemas de iluminación, modernización en monitoreos de seguridad), alta visibilidad para la ciudad (impacto por la difusión internacional del evento y por la presencia de autoridades de la región y de FIFA).

Cabe recordar que Racing ya dio el primer paso, indispensable, con la ejecución de la llamada Etapa Cero, que arrancó en julio y se prolongará hasta noviembre. En ese lapso, el club invirtió 180 millones de pesos (3 millones de dólares) de fondos propios para la revisión y reparación de patologías del hormigón de 15.000 m2 de tribunas, con las plateas y populares en bandeja alta y bandeja baja, la reconstitución de más de siete kilómetros de juntas de dilatación, la adecuación de 400 metros de sistemas de desagües pluviales y la construcción de una subestación eléctrica sobre pasaje Corbatta en media tensión para lograr mayor eficiencia en los consumos, con una reducción sensible del costo energético, y tener conexión directa con Edesur. Además, adquirió diversas propiedades contiguas al Cilindro para mejorar las salidas.