El Club

Una vez campeones, por siempre campeones

Lunes 04 de Noviembre de 2019
En el día del quincuagésimo segundo aniversario del Título Mundial logrado en Montevideo ante el Céltic por el inmortal Equipo de José, Racing reunió en una producción histórica a cuatro leyendas del club: Juan Carlos Rulli, Diego Milito, Lisandro López e Iván Pillud. Los cuatro ídolos se cambiaron juntos en el vestuario local y recorrieron juntos el campo de juego del Cilindro como un nuevo homenaje del club a los campeones del mundo en su día. 
Una vez campeones, por siempre campeones
"Hace casi cincuenta años que no me cambiaba acá" , dice Juan Carlos Rulli con una carga de emoción y también de nostalgia en su voz. Coco está parado en la puerta del vestuario local del Cilindro, a la espera de poder ingresar a ese lugar que tan bien conoce a pesar del paso de las décadas. Pero su presencia ahí tiene una razón de ser. El ex mediocampista derecho espera su entrada al recinto para poder formar parte de un encuentro histórico, que busca homenajear nada más y nada menos que el momento deportivo más notable de la historia del club a 52 años de su gesta. Y mientras todo va quedando dispuesto para que se abran las puertas, luego del final del entrenamiento matutino del plantel de Primera, el ex mediocampista derecho carga en su mano diestra el bolsito, como en aquellos días en los que brilló en la Academia y saboreaba junto a sus compañeros las mieles de sentirse en la cima del mundo. Una vez campeón del Mundo, por siempre Campeón del Mundo.

Rulli encoge los hombros de a ratos, mientras espera por los actores secundarios para el encuentro. Agradece una y mil veces la convocatoria del sitio oficial del club para la ocasión, aunque destaca que le resulta un poco injusto el hecho de que solo él esté presente en la cita, más allá de que sabe que muchos de sus compañeros que lo acompañaron en aquella tarde memorable en el Estadio Centenario hoy por hoy lo acompañan solo en su memoria y en el espíritu inmortal de formar parte del título más grande que Racing consiguió en sus 116 años de vida. "Ese título fue, es y será de todos. El gol en la final fue del Chango, es cierto, pero todos hicimos nuestro aporte para llegar hasta ese punto de la historia. Desde los que éramos más visibles, hasta los que fueron anónimos. Utileros, masajistas, el doctor, los ayudantes, Tita...todos fuimos y seremos campeones más allá del paso del tiempo", menciona Rulli con una tonada que varias veces juega un quiebre de cintura sutil para dejar de lado a las lágrimas y salir bien parada luego de la gambeta.

Las puertas del vestuario se abren y antes de que el campeón mundial pueda entrar, los cálidos saludos transformados en apretones de mano por parte de los jugadores profesionales que salen, le resultan un mimo al alma imposible de eludir. Imposible patear la pelota a la tribuna en esta ocasión. "Me pone bien el hecho de que los pibes nos reconozcan; que sepan lo que el Equipo de José logró. Pasó tanto tiempo...y tantas cosas en medio, que uno tiende a pensar que la gente puede perder el rastro. Pero que en la memoria colectiva siga presente lo que todos logramos, es un premio. Especialmente, para aquellos que ya no están presentes físicamente", afirma mientras vuelve a acomodar otra vez su bolsito.

Ahora sí llega el momento y Rulli ingresa al vestuario. Según el mismo acotará minutos después, desde su retiro de las filas académicas en 1970 que no lo hacía con la ropa de futbolista que carga en su brazo derecho. Una vez adentro, Lisandro López, Iván Pillud y Diego Milito lo reciben con un abrazo que se disuelve rapidamente entre las sonrisas cómplices que surgen al comentar una vez más, pero por primera vez con todos presents al mismo tiempo, la idea de la producción. Bajo la consigna "Una vez campeones, siempre campeones" el Departamento de Comunicación del club juntó a uno de las leyendas del título logrado ante el Celtic en el 67 (que junto a Pizzuti, Maschio, Cárdenas, Basile, Parenti y Spilinga son los únicos exponentes vivos del glorioso equipo) como representante de todos los hombres que ese día en Uruguay pasaron a formar parte de la página más gloriosa escrita por el fútbol de Racing Club, y lo reunió con tres ídolos de la rica historia reciente de la institución: Milito (campeón en 2001 y 2014), López (campeón en la última Superliga) y Pillud (campeón en el 2014 y en la última Superliga).

Y si la sorpresa de Rulli resulta mayúscula al compartir casillero de vestuario con los otros tres invitados, tampoco resulta menor la expresión de Licha López al ver que el ex mediocampista saca de su bolso la camiseta original usada en la mismísima final de Montevideo, para luego ponérsela antes de ir para el campo de juego del Cilindro. Y mientras Milito destaca el gran estado físico del pampeano de 82 años, Pillud no pierde la oportunidad para hacer menciones sobre fútbol, asado y hasta para sacarse una selfie con el ex jugador cuando el tunel que desemboca en el verde césped del estadio está próximo a concluir. 

Lisandro sale primero. Pillud lo sigue detrás. Y Milito es el último de la fila. Los tres recorren varios metros y se paran campo adentro, a la espera de él. Y luego sale Rulli. lleva en sus manos la réplica del trofeo que todo un equipo consiguió y que un país entero festejó, sin distinciones de camisetas, barrios o de nombres. El Campeón del Mundo camina hacia el encuentro de los otros tres ídolos y tras dejar el trofeo en ese suelo lleno de gloria, todos se funden en un saludo único, antes de dejar brotar las risas, de patear la pelota una vez más y de posar para las cámaras en un encuentro que encierra un significado mucho más grande que la grandilocuencia de los apellidos involucrados.

Por los que estuvieron y estarán presentes más allá del paso del tiempo. Para los que aún mantienen viva la llama del recuerdo y perduran de manera inoxidable ante las siempre peligrosas garras del olvido. En nombre de aquellos que sostuvieron hasta hace poco la llama del triunfo y de los que hoy cargan con el glorioso honor de vestir una camiseta respaldada en 116 años de historia. Una vez más y como desde hace 52 años, una vez campeones, por siempre campeones.