La palabra, sin la acción consecuente, se transforma en un hecho vano, de breve duración, hojarasca que desaparece frente a una brisa menor. Entonces, la instalación en Casa Tita de un centro de alojamiento para personas con síntomas leves de coronavirus representa la puesta en práctica del compromiso asumido antes de la apertura de la cuarentena con alcance nacional, el viernes 20 de marzo de este año. En efecto, en la tarde del jueves 19, poco más de 24 antes del aquel anuncio del Gobierno nacional, el club les comunicó a las autoridades provinciales y municipales, a través de una carta formal enviada por Víctor Blanco a Axel Kicillof y Jorge Ferraresi, respectivamente, que “pone a disposición de las autoridades sanitarias sus instalaciones, que podrían ser requeridas en caso de ser necesario”.

La nota, difundida oportunamente a través de los canales institucionales de comunicación, fue el primer paso que, ahora derivó en la transformación de la infraestructura de la pensión en un lugar de aislamiento para pacientes con diagnóstico presunto de COVID-19. Y representa el estrecho vínculo de Racing con su comunidad más próxima, la de Avellaneda. 

El ingeniero Jorge Ferraresi y su equipo eligieron Casa Tita, entre las diversas opciones acercadas por Racing, por su funcionalidad, ubicación y amplitud. Durante los últimos días de mayo se realizaron los trabajos de mantenimiento y readecuación, con colocación de señalización y los diversos elementos para el cumplimiento de un estricto protocolo preventivo. Enel día de hoy, Cecilia Contarino, como responsable de la Casa, fue anfitriona de Alejo Chornobroff, jefe de Gabinete del Gobierno municipal, para ajustar los últimos detalles antes de la llegada de los residentes provisorios.

El plan apunta a que Casa Tita sea un sitio de tránsito donde los alojados, con sintomatología tenue, sean derivados a las 48 o 72 horas según su evolución (alta o eventual derivación a un centro de salud).