El Club

Presente, siempre

Martes 11 de Mayo de 2021
Se cumplen 47 años del asesinato del padre Carlos Mugica, un apasionado hincha de Racing, con una inquebrantable vocación de servicio. Su vida y obra serán motivo de homenaje en el marco de la decisión institucional de restituir la condición a los socios y socias desaparecidos durante la última dictadura.
Presente, siempre
"Debo actuar desde el pueblo y con el pueblo: vivir el compromiso a fondo, conocer las tristezas, las inquietudes, las alegrías de mi gente a fondo, sentirlas en carne propia".

A Carlos Mugica, sacerdote que hizo de la ayuda al prójimo un modo de vida, lo definían sus palabras y su acción. De manera prematura supo cuál sería su elección: la de los excluidos, a contrapelo de un origen social sin angustias. Tal vez por eso su opción siempre representó una certeza. Hoy, a 47 años de su asesinato a manos de un grupo parapolicial -porque el genocidio de la dictadura militar, a partir del 24 de marzo de 1976, fue precedido por los crímenes de organizaciones paraestatales, como la Triple A, desde dos años antes-, su testimonio se renueva con fortaleza. Por el contexto social de dificultades extremas y porque, además, 
será homenajeado por Racing Club, del que fue hincha reconocido (por caso, acompañó al Equipo de José a la primera final mundialista, ante Celtic, en Escocia), en el marco de la decisión institucional anunciada hace poco menos de dos meses de restituir la condición a los socios y socias desaparecidos durante la última dictadura.

El padre Mugica había nacido el 7 de octubre de 1930 y fue acribillado por la organización paraestatal Triple A -así lo estableció la Justicia hace nueve años- el 11 de mayo de 1974, luego de haber celebrado misa en la iglesia San Francisco Solano, en Villa Luro. Su obra se renueva cada día en su parroquia, Cristo Obrero, en plena Villa 31. Y su voz por los más necesitados jamás perderá caudal.
 

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