Fue presidente durante 1986, justo después del regreso a Primera, en épocas arduas en materia económica. Siglo pasado para Racing, sí, pero con idéntica responsabilidad, asumida con firmeza, que en tiempos vigentes. Así fue la gestión de Héctor Rinaldi, fallecido el último martes a los 78 años. 

Un dato ilustra sus aciertos: cuando Racing volvió a la competencia de Primera (insólitamente, eso ocurrió luego de seis meses sin poder competir, lo que obligó a un préstamo colectivo a Argentino de Mendoza para solventar los gastos del plantel durante el primer semestre de 1986), Rinaldi tomó la decisión de mantener el plantel con nombres como los de Walter Fernández, Miguel Colombatti, Daniel Pavón, Ítalo Ortiz, convencido de que la base estaba en condiciones en desempeñarse a la altura del nuevo contexto. Y así fue, porque Racing concluyó en la quinta posición, a solo cinco puntos de Rosario Central, el campeón en la temporada 1986/87. Un año después, desde esa plataforma, nutrida con aportes de jerarquía,  despegó el equipo que obtendría la Supercopa, certamen oficial de Conmebol.

Diversas circunstancias hicieron que Rinaldi concluyera su mandato de manera anticipada. Pero lo relevante ya se había logrado: el primer paso en el camino de la reconstrucción donde Racing pertenece.