El Club

Siempre estarán presentes

Martes 22 de Febrero de 2022
El 22 de febrero de 1977 seis personas fueron fusiladas frente a las boleterías de la puerta 19 del estadio, en un acto de terrorismo de Estado llevado a cabo por el gobierno de facto vigente y que formó parte de un plan sistemático de tortura, desaparición y exterminio de personas en nuestro país durante los años de la dictadura militar. Racing Club vuelve a recordar a las víctimas de aquella trágica jornada y mantiene inalterable su compromiso con los Derechos Humanos, al igual que un pedido inclaudicable: memoria, verdad y justicia. 
Siempre estarán presentes
Esa madrugada trágica nunca debería haber ocurrido. Pero los ecos de esas voces acalladas y sin nombres propios lograron vencer aquello que se intentó ocultar inútilmente tras los disparos que resonaron frente al estadio de Racing Club. Y más importante aún: pudieron perdurar en el tiempo y multiplicarse en cientos, miles y millones de otras voces que mantienen activa la memoria mediante el reclamo perpetuo de verdad y de justicia. Buscaron acallarlas. No lo lograron. Todo lo contrario. Es por eso que permanecerán presentes por siempre.

El 27 de febrero de 1977 y dentro del marco del gobierno militar de facto que manejaba el destino de la República Argentina bajo el llamado "Proceso de Reorganización Nacional" extendido desde el 76 hasta el 83, al menos seis personas -cuatro hombres y dos mujeres que hasta el día de hoy no pudieron ser identificados- fueron fusiladas contra uno de los portones del Estadio Presidente Perón de Racing Club. Este acontecimiento fue uno de los miles que formaron parte del plan sistematico de tortura, desaparición y exterminio de personas desplegado desde el Estado y cuyo resultado conocido hasta el momento fue la desaparición de 30.000 personas y el genocidio cometido ante la población argentina por casi una década. Por las pruebas sumadas al intento de esclarecimiento de los fusilamientos y que fueron aportadas de manera reciente junto a las declaraciones de testigos circunstanciales, se presume que el asesinato se perpetuó frente a la zona limitada entre las puertas 19 y 21. Debido a que la fisionomía del Cilindro era distinta hace 45 años atrás, el perímetro no estaba cerrado como en la actualidad y por lo tanto fue posible acceder hacia esa zona por parte de las fuerzas militares para perpetrar la masacre. 

Pero la planificación y ejecución de éstos asesinatos no fue el único hecho llevado a cabo por las fuerzas militares en el que Racing Club tuvo relación directa por aquellos días. El Presidente del club de ese entonces, Horacio Rodríguez Larreta (p), y el Gerente General, Benito Gorgonio de Miguel, sufrieron en carne propia el miedo insdescriptible propiciado por intermedio de la violencia ejecutada por el terrorismo de Estado: ambos fueron secuestrados y torturados durante el 77, aunque lograron recuperar su libertad tras distintos periodos de tiempo en cautiverio clandestino.

Pero en relación a los fusilamientos, hubo que esperar casi cuatro décadas para comenzar a reconstruir los hechos acontecidos aquella madrugada del martes 22 de febrero. Una investigación minuciosa llevada a cabo por la periodista Micaela Polak comenzó a poner en evidencia la cadena de sucesos posteriores a los asesinatos, así como el ocultamiento sistemático desarrollado durante los años posteriores por parte de las autoridades de seguridad a distintos niveles estamentales. Además, el hecho de poder acceder también a los testimonios de varios testigos del hecho fue todo un símbolo de lo que se buscó llevar a la luz: los hombres y mujeres que relataron de que manera habían visto los cuerpos sin vida o de que forma habían escuchado los disparos resonantes en medio del silencio de Avellaneda, vencieron al temor que significaba contar algo que mucha gente intentó que nunca se supiera. Fue una manera más de vencer a la oscuridad de aquella noche trágica.

Pero como la memoria resulta imprescindible para mantener presente aquello que se buscó silenciar mediante la imposición genocida, de manera posterior a la trascendencia pública de la investigación que puso en evidencia el sangriento suceso, tanto Racing Club como el municipio de Avellaneda y distintas agrupaciones de Derechos Humanos se encargaron de mantener vigente el recuerdo activo de lo sucedido. Nuestra institución realizó distintos homenajes con el paso del tiempo en los cuales reafirmó su compromiso con lo sucedido aquella noche de 1977. Y el sentir generalizado de la sociedad racinguista también dijo presente mediante la realización de un mural alusivo al hecho ideado por el artista Mario Almaraz -el mismo que pintó la obra que viste el Archivo Histórico del club- que se halla sobre la calle Colón, frente a la zona en que se llevaron a cabo los fusilamientos. En la misma calle pero sobre la vereda del estadio, el municipio sentó su posición con la implantación de un cartel alegórico a la matanza y que emite un mensaje de cierre que se multiplica sin importar las maneras en las que sea emitido por parte de la sociedad: "Presente ahora y siempre". 

A través de su Comisión Directiva, Racing Club promueve la implementación metodológica de la memoria como la principal herramienta efectiva para mantener vigente el recuerdo de las personas asesinadas aquella madrugada en nuestro estadio, al igual que como la acción más efectiva que existe en la identidad de una sociedad a la hora de aspirar a la construcción de un futuro próspero apoyado tanto en la fuerza del presente como en la evocación permanente del pasado.