“Todavía no caigo que estoy arriba del avión”, soltó Carlos Iglesias ni bien comprobó que la nave estaba despegando desde Aeroparque. A su lado -sentados así por casualidad-, Luciano Zemunik, el otro ganador del concurso de la APP de Racing, aseguraba que él tampoco podía escapar del estado de sorpresa: “Cuando me avisaron, creí que era una joda que me estaba haciendo algún amigo. Es genial tener esta oportunidad de seguir al equipo afuera del país”. ¿Y cómo llegaron a formar parte de la delegación del Departamento del Hincha? Porque se animaron a participar del sorteo por dos viajes a Asunción para ver al conjunto de Diego Cocca ante Libertad.

Zemunik, 31 años y oriundo de Río Gallegos, no logró ocultar la sonrisa en ningún momento del martes. Ni siquiera la derrota fue suficiente para opacarle la emoción. “Lo vamos a dar vuelta en el Cilindro. No tengo dudas”, dijo cuando llegó la hora de pegar la vuelta. Su compañero de travesía, con el mismo argumento entre los labios, contó una historia algo particular: “El 18 de octubre fue mi cumpleaños y me enteré de que había ganado el concurso dos días después. Fue como si Racing me hubiera hecho un regalo”. Antes de retomar el análisis del partido, los dos se encargaron de resaltar que les llamó la atención la transparencia con la que se resolvió el sorteo porque ellos son simples socios sin contactos adentro de la institución.

Al frente de la expedición, como de costumbre, estuvieron Pablo Delpiero y Javier De Soza, los responsables del Departamento del Hincha. Dupla que a esta altura funciona de memoria, coordinaron a la perfección el traslado de dos micros y de un avión. “Cada vez es más la gente que confía en Racing y eso es una alegría para nosotros. Nuestro objetivo siempre es que los hinchas puedan pensar sólo en lo que pasa en la cancha y se olviden de todo lo que rodea a un viaje”, explicaron casi a coro. Por mérito de la organización, no hubo ninguna clase de inconveniente y lo pautado –horarios, traslados, entradas y demás- se cumplió tal cual estaba estipulado. 

El resultado adverso no modificó lo evidente: la alegría por viajar con la Academia no entiende de tropezones.