Hay ciertas fechas en la vida que por un motivo u otro pasan a formar parte obligada de los rincones más anhelados en la memoria de una persona. Aunque muchas veces no se pueda explicar el porque, lo cierto es que hay jornadas que nunca desaparecen ni de la cabeza ni del corazón. Para los 60 socios que pudieron estar presentes en el Estadio Presidente Perón este último sábado, el 15 de diciembre pasará a ser una de esas jornadas que desde ahora en más generarán un recuerdo imposible de despegar de la emoción más genuina y profunda. Y es que fueron los protagonistas de la sexta edición del Sueño Del Pibe, el ya clásico evento organizado por el Departamento Del Hincha de Racing Club, que les permitió sentirse jugadores profesionales por un día y poder vivir en la propia piel ese deseo siempre latente de jugar un partido en el Cilindro, tal y como sus ídolos de ayer, hoy y siempre.

El evento estuvo dividido en dos turnos y tanto a la mañana como a la tarde se vivieron las misma ganas junto a la misma intensidad por cumplir ese deseo de toda la vida. El cronograma fue clarito e imitó casi a la perfección la misma dinámica que los profesionales siguen antes de cada presentación oficial en la que defienden los colores de la Academia. Primero hubo una instancia de concentración en el Hotel Savoy, para delinear el contenido de la jornada y luego se emprendió el viaje en micro hacia el Cilindro. Una vez en el estadio, a cada participante lo esperaba su indumentaria personalizada junto al equipo de preparadores físicos y kinesiólogos, que esperaban a todos para prepararlos igual que a los jugadores de Primera. Y con todo listo por fin, se atravesó el tunel, luego la manga y por fin se pisó el campo sagrado del Cilindro.

La pelota rodó y cada sueño se empezó a transformar en una realidad. Pero para darle más valor al sueño, cada turno contó con invitados de lujo: Nicolás Francella, Donato De Santis, Pancho Maciel, Maxi Moralez y Agustín Pelletieri se hicieron presentes en la mañana, para acompañar dentro y fuera de la cancha a los ilusionados hinchas, que por ese entonces ya se sentían jugadores. Por la tarde y para que la magia no se perdiera ni por un momento, estuvieron presentes Walter Queijeiro, Carlos Arano, Martín Vitali y Rubén Capria.

Cada turno finalizó en el Recinto de Honor, en donde se disfrutó de un catering en compañía de los familiares de los protagonistas y de las figuras racinguistas. Además, también se otorgaron reconocimientos al goleador, al mejor arquero y al mejor jugador de campo de cada uno de los partidos. Definitivamente fue una jornada soñada para todos.