Porque ocupan fundamental en la historia de Racing. Porque sin la presencia de muchos de ellos bajo los tres palos, la Academia no habría llegado a ser considera como la academia del fútbol argentino. Porque recordarlos también es recordar esa gloria que nos representa detrás del escudo y de la camiseta. Porque los arqueros formaron, forman y formarán parte de un lugar preponderante dentro del club; no sólo por sus logros sino también por su legado. Por todo eso y seguramente por muchos más motivos es que merecían un homenaje a la altura de lo que representan. Y la institución, mediante el Departamento de Historia, se encargó de que el reconocimiento estuviera presente.

En el evento no sólo se destacó desde lo histórico y estadístico a los grandes que pasaron por el arco del club durante sus más de 115 años de vida, sino que también se realizó una mención mediante la entrega de diplomas para los que durante el último tiempo tuvieron el privilegio de defender la valla racinguista. Además y para dejar bien claro que Racing no vive sólo del fútbol, la mención también se extendió para aquellas disciplinas en las que el lugar del guardametas es fundamental: handball, hockey, futsal y también el fútbol femenino, porque la distinción de géneros no se aplicó y si la de distinguir a racinguistas.

El tercer piso de la sede de Avellaneda se pobló  ante una nutrida concurrencia tanto de socios como de hinchas, que se acercaron para evocar a los que dejaron su huella imborrable en el arco de nuestro club y que pudieron disfrutar de momentos emotivos a lo largo del evento. Antonino Spilinga hizo emocionar a más de uno cuando rememoró el título del mundo de 67, al igual que lo hicieron las representantes de las Pioneras, la selección femenina del 71, cuando hablaron de lo que les dejó esa notable experiencia.

Así se recordó a los arqueros y se enalteció el lugar que les corresponde. Entre comentarios, relatos, fotos, camisetas históricas, música y un marcado sentimiento por nuestros colores, se produjo un reconocimiento que no podía faltar. Todos los alimentos en carácter de entrada que se juntaron luego del evento fueron donados al Merendero La Academia. Ese sentido de solidaridad que nos caracteriza tampoco podía estar ausente.