Efemérides

Ídolos académicos: Marcos Croce, el primer gran portero

Jueves 10 de Julio de 2014
El 10 de julio de 1978, el arquero que fue campeón 10 veces con Racing falleció a los 84 años. Estampa inolvidable debajo de los tres palos durante la etapa más ganadora de la historia del club, su recuerdo permanece intacto a 36 años de su muerte.
Ídolos académicos: Marcos Croce, el primer gran portero
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 111 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

Recostado contra un poste, con las rodilleras puestas y sin guantes en la mano, la imagen de un portero imbatible emociona. Marcos Francisco Croce, que jugó en el club entre 1917 y 1925, falleció el 10 de julio de 1978, cuando tenía 84 años y cuando aún soñaba con volar de palo a palo para impedir el grito ajeno. Debutó en Primera a los 16 años en el mítico Alumni y, luego de haber compartido terreno junto a Jorge Gibson Brown, una de las figuras claves para el desarrollo del fútbol en la Argentina, fue transferido a Racing para reforzar el arco (previo paso por el Club Atlético Estudiantes de Buenos Aires). 

En los nueve años que estuvo en la institución, consiguió, nada más ni nada menos, que diez títulos: la Copa Campeonato de 1917 y de 1918; la Copa Ibarguren de 1917 y de 1918; la Copa de Honor Municipalidad de Buenos Aires de 1917; el torneo de Primera División de 1919, de 1921 y de 1925; y la Copa Ricardo Aldao de 1917 y de 1918. Además, alcanzó a disputar algunos partidos en la Selección.

Famoso por su talento para intuir dónde irían los disparos rivales, el goalkeeper –así se los llamaba a los arqueros a principios del siglo XX- nacido el 6 de mayo de 1894 dejó también una frase que quedaría para el recuerdo por haber sido un claro ejemplo de la pasión futbolera de aquel entonces: “Ostento en mi carrera de jugador, el honor de no haber mercantilizado mis esfuerzos y de haber practicado en todas las ocasiones el deporte por el deporte mismo. He sido amateur en el más amplio sentido de la palabra”. 

Héroe de otro tiempo, arquero por siempre, Croce tiene un lugar reservado en la memoria racinguista.