Efemérides

Ídolos académicos: el inolvidable Ezra Sued

Lunes 21 de Agosto de 2017
Titular en el primer equipo entre 1943 y 1954, fue figura en el equipo que logró el tricampeonato en 1951. Jugó 308 partidos y convirtió 47 goles. En un nuevo aniversario de su partida, Racing le rinde un merecido homenaje.  
Ídolos académicos: el inolvidable Ezra Sued
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 114 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

¿Quién es Ezra Sued? Zurdo imparable, wing fantástico, delantero eficaz, crack de la gambeta, dueño de la banda izquierda, Sued jugó en Racing entre 1943 y 1954 –en 1942 integró la Tercera- y fue uno de los principales protagonistas de la gesta del equipo que se coronó de manera consecutiva en 1949, en 1950 y en 1951. Como si fuera poco, fue testigo de cómo se consytuyó el estadio Presidente Perón. “Nos entrenábamos donde ahora está la playa de estacionamiento. Vimos, ladrillo a ladrillo, cómo lo levantaban, hasta que lo inauguraron en 1950”, contó alguna vez acerca de los tiempos iniciales del Cilindro. 

Nacido el 7 de junio de 1923 en el barrio porteño de Once, ese chiquito que ya pintaba para fenómeno se mudó rápidamente a Floresta. Ahí comenzó a mostrar sus credenciales futbolísticas, destacándose en El Progreso y en All Boys. Después, lo de siempre: el destino. No se quedó a esperar una prueba en Ferro y, con 17 años, llegó a la Academia, que se transformaría con los años, como él mismo declaró varias veces, en su segunda casa. Cuando debutó en Primera, no reemplazó a cualquier jugador sino a Enrique García, uno de los máximos emblemas de la institución. La responsabilidad no le pesó y se volvió un integrante indiscutido del ataque. Junto con Juan Carlos Salvini y con Mario Boyé, con Norberto Méndez, Rubén Bravo y con Llamil Simes conformó una delantera que todavía hoy perdura en la memoria colectiva.

Nada más ni nada menos que 308 partidos disputó con la camiseta celeste y blanca. Como si fuera poco, marcó 51 conquistas –sumando giras al exterior y amistosos locales-. Como le tocó una época de brillantes jugadores, donde compitió directamente con Félix Loustau, pudo jugar únicamente seis encuentros con la Selección y convertir dos goles. Admirado por propios y por extraños, siempre sostuvo el perfil bajo sin por eso dejar de ser un símbolo del club. Alcanzó, incluso, a celebrar el medio del siglo del tricampeonato obtenido el 4 de diciembre de 1951 al derrotar a Banfield por 1 a 0 en el Nuevo Gasómetro. 

Falleció el 21 de agosto de 2011 a los 88 años. En 2003, había participado como invitado especial de los festejos por el centenario del club. En un nuevo aniversario de su muerte, Racing se pone de pie para sostener viva su memoria.