El 29 de agosto de 1967, en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, João Cardoso Rodrigo Esteves dio la nota cuando el reloj marcaba 14 minutos del primer tiempo al convertir el tanto con el que Racing comenzó a acariciar la gloria continental. Había llegado a la Academia ese año para sumarse al plantel que conducía Juan José Pizzuti con la ambición de quedar en la historia y se acomodó enseguida en el costado derecho de la delantera. Gol importante entre todos los goles importantes que hizo a lo largo de su carrera, el marcado en tierras trasandinas lo catapultó hacia el cariño eterno de los hinchas.

Nacido el 25 de noviembre de 1939 en Uruguaiana, Brasil, se transformó en jugador profesional a los 20 años cuando Gremio puso los ojos en su potencia. Antes de recalar en la parte celeste y blanca de Avellaneda, pasó por Newell’s y por Independiente. Con la Academia consiguió también la Copa Intercontinental el 4 de noviembre de 1967 en el Estadio Centenario ante el Celtic. Fue titular en aquella mítica final que resolvió Juan Carlos Cárdenas con un zurdazo magistral.

Reconocido en múltiples ocasiones por el club, se acercó hasta el Cilindro para ser parte de varios homenajes por el campeonato del mundo. Hoy cumple 79 años y Racing se pone de pie para desearle lo mejor.