Efemérides

Gracias toda la vida

Viernes 14 de Diciembre de 2018
Se cumplen cuatro años del cabezazo de Centurión frente a Godoy Cruz y ante un Cilindro colmado, que sirvió para volver a festejar un campeonato tras 13 años. Con Diego Milito como símbolo máximo, Racing consiguió la gloria una vez más en su historia al grito de campeón.  
Gracias toda la vida
La imagen lo dice todo. La boca de Diego Milito se abre de par en par para pronunciar, con la copa en la mano, sentado en el travesaño y rodeado de sus compañeros, esa misma palabra que ya había pronunciado el maravilloso 27 de diciembre de 2001. Pasaron casi 13 años y es él de nuevo, él otra vez, el elegido para decir lo que todo el pueblo racinguista quiere decir: campeón. Sí, campeón, campeón y campeón. Por eso esa imagen sigue diciendo hoy, a cuatro años de aquel inolvidable 14 de diciembre de 2014, todo de nosotros.

Con el corazón en la mano para no darse por vencido, Racing la peleó de atrás y consiguió esa mágica noche el decimoséptimo título a nivel local de su historia. El Cilindro se sumergió en una inolvidable jornada de fiesta y un cabezazo de Ricardo Centurión, a los tres minutos del segundo tiempo, le dio la tan ansiada gloria. Habían pasado 53 temporadas desde la última vez que el club había sido campeón en casa. Milito, ese emblema y estandarte que había retornado para ser campeón, fue el gran constructor de la alegría que todo el plantel se encargó de brindarle al pueblo académico.

Con Milito y Sebastián Saja como líderes indiscutidos, con Diego Cocca sentado en el banco, aquel equipo cosechó 41 puntos en el Torneo Transición 2014 y dejó a River en segundo lugar. Ganó 13, empató dos y perdió cuatro. Festejó en tres de los cuatro clásicos: frente San Lorenzo, como local por 2 a 0; ante Boca, como visitante por 2 a 1; y contra River, en casa por 1 a 0. Además, goleó a Belgrano en Córdoba, a Estudiantes en La Plata y a Rosario Central en Arroyito. Y en el sprint final fue demoledor; no falló: de los últimos nueve compromisos, se impuso en ocho e igualó tan solo uno. En total convirtió 30 goles y le hicieron 16. Gustavo Bou, con 10 conquistas, terminó como el máximo artillero del plantel. Saja, otro baluarte fundamental, mantuvo la valla invicta durante las últimas seis presentaciones. Luciano Lollo y Gastón Díaz disputaron todos los partidos, aunque el defensor fue quien más minutos en la cancha acumuló a lo largo del campeonato.

Vale la pena, porque ya integran el panteón de los héroes, nombrar uno por uno a todos los futbolistas de aquel grupo humano que nos llevó hasta el cielo: Saja, Nelson Ibáñez, Juan Musso, Lollo, Leandro Grimi, Yonathan Cabral, Iván Pillud, Nicolás Sánchez, Germán Voboril, Gastón Campi, Pablo Alvarado, José Luis Gómez, Esteban Saveljich, Díaz, Ricardo Centurión, Ezequiel Videla, Marcos Acuña, Luciano Aued, Nelson Acevedo, Francisco Cerro, Diego Villar, Nicolás Oroz, Mariano Bareiro, Martín Pérez Guedes, Milito, Bou, Gabriel Hauche, Facundo Castillón, Facundo Castro y Wason Rentería.

También estuvieron en el proyecto Cocca, Jorge Montesino (asistente 1), Mauro Gerk (asistente 2), Javier Bustos (preparador físico), Federico Trídico (preparador físico 2), Diego Dabove (entrenador de arqueros), Gustavo Goñi (psicólogo), Javier Swiatlo (médico 1), Alejandro Dardano (médico 2), Juan Álvarez (kinesiólogo), Hernán Peláez (kinesiólogo), Aníbal González (masajista), Gregorio Álvarez (utilero), Juan Campoy (utilero), Damián Kimelman (coordinador), Diego Urbaneja, Fabián Alves da Costa y Julián Scher (prensa).

Pero hubo más en esa jornada histórica porque, por tercera vez desde el regreso de la democracia a Racing, los socios pudieron elegir presidente. Más de 10.000 personas se acercaron a la Sede Avellaneda y depositaron su voto sin que se presentara ninguna clase de incidente, para que Víctor Blanco fuera elegido como el encargado máximo de dirigir el rumbo de la institución; hecho que se repetiría también a finales del 2017.

El 14 de diciembre para nosotros no es cualquier fecha. Es una fecha que para siempre permanecerá en nuestros corazones. A cuatro años del título, regresa el recuerdo para permanecer de pie. ¡A los campeones, salud!