Fue un desahogo, fue la tranquilidad de haber vuelto al sitio del que nunca habría que haberse ido. El 27 de diciembre de 1985, Racing recuperó su lugar en la Primera División del fútbol argentino después de haber pasado dos temporadas en la segunda categoría. En un Monumental repleto de camisetas celestes y blancas, Néstor Sicher sacó un zurdazo tremendo desde el borde del área grande que se coló en el ángulo y la Academia logró así empatar 1 a 1 con Atlanta -Heber Bueno convirtió para el Bohemio-. Como el equipo de Alfio Basile había ganado por 4 a 0 en el primer encuentro de la final del Octogonal, consiguió la sonrisa que tanto ansiaba.

No le resultó nada sencillo a Racing transitar esa época lejos de la gloria. En 1984, tras una campaña irregular, hubo caída ante Gimnasia de La Plata en el cruce decisivo por el ascenso y la angustia se extendió en el tiempo. Al año siguiente, se disputaron 42 partidos de la fase regular -17 triunfos, 15 empates y 10 derrotas- y se terminó en el segundo puesto de la Sección A, detrás de San Miguel. No quedó más remedio que ir al reducido: en los cuartos de final, el conjunto de Basile superó a Banfield -victoria por 3 a 1 y caída por el mismo resultado-; y, en la semifinal, dejó en el camino a Quilmes -triunfos por 2 a 0 y por 3 a 1-.

Los once que salieron a jugar el día del regreso a la cancha de River fueron Miguel Wirtz, Washington González, Víctor Longo, Gustavo Costas, Sicher, Ítalo Ortiz, Horacio Cordero, Horacio Attadía, Félix Orte, Daniel Pavón y Walter Fernández. Fernández, además, terminó como el máximo artillero académico con 16 conquistas. Sin que le sobrara demasiado pero con mucho sacrificio, este equipo consiguió lo que se necesitaba con urgencia.

Hoy se cumplieron 33 años de la vuelta a Primera y Racing recuerda también los momentos difíciles, como una muestra irrefutable de que también forman parte de nuestra historia y al mismo tiempo, como una prueba de lo que sucedió y no debe volver a repetirse.