Efemérides

Nuestra Tita, nuestra bandera

Sábado 03 de Agosto de 2019
Un 3 de agosto pero de 1999 Elena Margarita Mattiussi dejó su lugar en este mundo y pasó a formar parte de la inmortalidad académica. Trabajadora incansable desde su adolescencia en distintos puestos de la institución, fue además una madre, una amiga y una referente insustituible en la vida diaria de nuestro club, que supo ganarse el amor de varias generaciones de racinguistas. En un nuevo aniversario de su partida, toda la Academia se pone de pie y recuerda con el mayor de los afectos a una mujer cuya leyenda se hace cada vez más grande.
Nuestra Tita, nuestra bandera
Tita es Tita, Tita es Racing y Racing es Tita. Porque estuvo en las malas. Porque estuvo en las buenas. Y también estuvo en las más o menos. Porque estuvo siempre. Porque es la mamá que todo club quiere tener. Y hoy, a 20 años de su partida física, es fundamental recordar quién es Tita Mattiussi para ratificar quiénes somos. Decir Tita es decir Racing y por eso hoy, justamente hoy, es necesario decir Tita para refrescar nuestra memoria y tenerla más presente que nunca. 

Elena Margarita Mattiussi nació el 19 de noviembre de 1919 y aprendió a querer a la Academia desde la cuna. Sus padres, César y Aída Mattiussi, llegaron al club para intentar ganarse la vida a partir de un aviso clasificado en el diario La Prensa y ella no tuvo más remedio que acostumbrarse a deambular durante todo el día por las instalaciones celestes y blancas. Histórico canchero del Cilindro, César le enseñó a cuidar cada centímetro de tierra racinguista y Tita estuvo a la altura de las circunstancias desde el primer día.

Entre otras funciones, se desempeñó en la lavandería y cargó con la responsabilidad de proteger a las futuras promesas que vivían en el estadio. Cientos de chicos recibieron sus consejos y transitaron jornadas difíciles bajo el amparo de un corazón siempre dispuesto a colaborar. Tan importante fue su presencia que el predio y la pensión que tanto nos enorgullecen llevan su nombre como una manera de honrar a una persona tremendamente querida en cada rincón relacionado a Racing Club en la que se tenga un recuerdo suyo.

El 3 de agosto de 1999, a los 79 años, Tita, que residía en las entrañas del Cilindro, falleció sembrando una enorme tristeza en un club que transitaba en esa época por una tempestad de gran maginitud. 

Parte de su legado hoy se encuentra no solo en los lugares racinguistas que han sido bautizados en su honor, sino también en el mismísimo Archivo Histórico de la institución, en donde su memoria, sus pensamientos y sus momentos vividos se encuentran inmortalizados mediante distintos objetos quer forman parte del legado que el club conserva de su más querida madre, amiga, laburante y referente. Por eso es responsabilidad de todos y de todas el continuar recordando a quienes hicieron de Racing esta pasión que nos conmueve. Tita Mattiussi; nuestra Tita, nuestra bandera, es un gran ejemplo de ello. Y es por eso que la queremos tanto y que la mantenemos más viva que nunca, a veinte años de su partida. Porque Tita siempre está.