Efemérides

Rubén Bravo, sinónimo de gol

Sábado 24 de Agosto de 2019
Llegó desde Rosario en 1946 y se volvió referente. Tricampeón en 1951. Es uno de los máximos goleadores de la historia del club. En un nuevo aniversario de su fallecimiento, un pequeño homenaje. 
Rubén Bravo, sinónimo de gol
Como todos: con dos piernas, dos brazos y dos ojos. Como pocos: con un arco pintado entre ceja y ceja. Rubén Bravo nació con la singularidad que lo volvió alguien que correteaba en los potreros de su Rosario natal y se destacaba por acertar delante del arquero rival. Sucesor de Gabino Sosa en el Canalla, la rompió durante cinco temporadas hasta que Racing puso los ojos en él y se lo trajo en 1946 junto a Héctor Ricardo y a Roberto Yebra. Pocos podían imaginar en ese momento el rédito futbolístico que traería el combo de tres jugadores que costaron alrededor de $220.000 de esa época. Era cuestión de tiempo.

Bravo, nacido el 16 de noviembre de 1923 cerca del Río Paraná, acumuló méritos en su club de origen y arribó a Avellaneda con la idea de lograr que la Academia consiguiera el título local que se le venía negando desde 1925. No tardó mucho en volverse una referencia en el ataque porque, en sociedad con Norberto Méndez y con Llamil Simes, se sintió cómodo enseguida ante los arcos contrarios. Racing lo disfrutó en el campo y lo utilizó para alcanzar la gloria, de forma consecutiva, en 1949, en 1950 y en 1951. Ese equipo, el primero en ser tricampeón en el profesionalismo, fue una verdadera maravilla que se ganó merecidamente un lugar en las páginas más importantes del fútbol argentino.

Con la casaca celeste y blanca, disputó en total 149 partidos y convirtió 88 goles. Su debut ocurrió el 21 de abril de 1946 en un triunfo por 1 a 0 ante Lanús y su primer tanto lo marcó el 5 de mayo de ese mismo año en una victoria por 3 a 2 frente a Huracán. En el período en el que estuvo en la Academia, formó parte en reiteradas ocasiones del conjunto nacional por su gran rendimiento cerca del área adversaria. Se fue del club justo después de su última consagración. De hecho, su último encuentro fue el desempate ante Banfield, el 5 de diciembre de 1951, en el que Racing se impuso por 1 a 0 con un zapatazo bárbaro de Mario Boyé. Luego de su retiro, fue entrenador de la Primera División en 1962. 

Bravo falleció el 24 de agosto de 1976. Era el técnico de Talleres de Córdoba. Su memoria permanece de pie en Racing. Sobre todo, cuando se cumple un nuevo aniversario de su partida.