Efemérides

Rubén Díaz, panadero de la historia

Jueves 16 de Enero de 2020
Lateral izquierdo del Equipo de José, ganó todo con la Academia como parte de un plantel maravilloso. A dos años de su partida, el más cálido homenaje. 
Rubén Díaz, panadero de la historia
Rubén Osvaldo Díaz solía caminar por el Cilindro sin que nadie le dijera ni Rubén ni Osvaldo ni Díaz. Era, para todas y para todos, el Panadero. Así lo llamaron sus compañeros durante la inolvidable gesta del Equipo de José, así lo saludaban los hinchas en la calle y así fue reconocido también cuando asistió al homenaje que el club organizó al cumplirse medio siglo de la obtención de la Copa Interncontinental ante el Celtic. Aquella fue la última vez que pisó la que a lo largo de su vida fue su casa.

Había nacido el 8 de enero de 1946. Debutó joven, a los 19 años, en 1965. Todo en Racing, siempre de Racing. Lo apodaron como lo apodaron porque su papá tenía una panadería. Fue uno de los pibes que Juan José Pizzuti reubicó dentro de la cancha para sacarle más jugo todavía a su talento. Cuentan los que lo vieron jugar que era rápido, que marcaba bien y que atacaba como si fuera un puntero izquierdo. Además, cabeceaba sin despeinarse cada vez que pisaba el área contraria. La Academia se consagró en el plano local el domingo 20 de noviembre de 1966 y una imagen suya haciendo jueguitos copó la tapa de la revista El Gráfico del martes siguiente. 

Ganó la Copa Libertadores y ganó también la Copa Intercontinental el 4 de noviembre de 1967. No pudo estar en el partido decisivo en el Estadio Centenario. Gritó el gol con el alma, parado en la platea. Sí participó de las celebraciones por el medio siglo del gol del Chango Cárdenas. “Es una satisfacción recibir los aplausos y poder festejar con mi gente.”, aseguró en la previa. Estuvo en Avellaneda hasta 1972 y regresó en 1977. En el medio, pasó por San Lorenzo y por el Atlético de Madrid.

Como ayudante de Alfio Basile, se dio el gusto de levantar la Supercopa en el Estadio Mineirao en junio de 1988. Alzó los brazos en Belo Horizonte como el más fanático de los hinchas. Lo acompañó al Coco, su gran amigo, a lo largo de toda su carrera como entrenador. Juntos dirigieron al equipo en 1997, donde llegaron hasta las semifinales de la Libertadores, y en el arranque de 2012.

Falleció el 18 de enero de 2018 a los 72 años. Su partida produjo una enorme tristeza en la institución. Cinco palabras bastan para resumir su lazo con esta camiseta. Las pronunció él: “Después de mi familia, Racing”.