Efemérides

Miguel Ángel Mori, el legendario dueño del mediocampo

Lunes 13 de Abril de 2020
Su figura logró inmortalizarse con los colores académicos a pesar de llegar desde el clásico rival. Al año siguiente de su arribo demostró su clase en todo el continente y en el mundo y fijó para siempre su nombre en los anales de la historía del club, al alzarse con el título intercontinental al igual que el resto del Equipo de José. A once años de su partida física, Racing homenajea una vez más a uno de sus ídolos. 
Miguel Ángel Mori, el legendario dueño del mediocampo
Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 117 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

Con el corazón en la mano, con la sinceridad a flor de piel, Miguel Ángel Mori declaró con la ternura de quien se dirige a un amor profundo: “No quería pasar de Independiente a Racing, pero después me enamoré de la Academia”. Nacido en 1943 en la localidad bonaerense de Baradero, había jugado en la liga de su ciudad natal hasta principios de la década de 1960. Durante esa primera etapa de formación, distribuía su tiempo entre la pelota y una panadería. Independiente percibió su categoría y lo contrató. En el adversario de toda la vida, no solamente rindió de manera pareja sino que también ganó la Copa Libertadores en 1964 y en 1965. Juan José Pizzuti lo pidió para armar el plantel de 1966 y el club le dio el gusto.

Cerca del círculo central, la Chancha, apodo que recibió por su aspecto físico, consolidó una eficiente sociedad con Juan Carlos Rulli. Los dos funcionaron como cuota de equilibrio en un equipo con mucha vocación ofensiva. Jugó 73 partidos con la camiseta celeste y blanca y convirtió cuatro goles. Fue figura del conjunto que se coronó en el torneo local de 1966, en la Copa Libertadores de 1967 y en la Copa Intercontinental de 1967. Emigró a Chile en 1968 y, luego, pasó por Newell’s. Debió retirarse a los 29 años por una rotura de ligamentos. 

"La verdad es que Miguel era un tipo bien de campo. Con mucha simpleza, pero que a su vez se prendía siempre en las bromas y nunca te iba a dejar de dar una mano. Una persona de bien”, declaró Humberto Maschio cuando el 13 de abril de 2009 se conoció la noticia del fallecimiento de Mori. Evidentemente, los compañeros lo consideraban una muy buena persona. Ese mismo sentimiento quedó impregnado en el Cilindro cuando un problema cardíaco le quitó la vida. 

A once años de su muerte, Racing no se olvida de una persona que contribuyó enormemente a extender su grandeza. Con mucho afecto, con la promesa de recordar, el club enaltece una vez más la memoria eterna de quien fue y será por siempre el dueño del círculo central académico.