Efemérides

Paternóster, la jerarquía hecha central

Sábado 06 de Junio de 2020
Resultó ser una referencia no solo de la defensa sino de todo el equipo, en la época en las que este mérito solía reservarse para los atacantes. Llegó a las filas académicas a finales de la década de 1920 y estuvo en el traspaso futbolístico del amateurismo al profesionalismo. Su jerarquía lo hizo consagrarse no sólo en Racing sino también en la Selección Argentina. Hoy toda la institución recuerda de manera afectuosa una vez más a El Marqués, uno de los símbolos de nuestro club. 
Paternóster, la jerarquía hecha central
Al pensar en nuestros colores nunca está de más el recordar el siguiente detalle, que no es para nada menor: Racing Club cuenta en su haber con 117 años de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Raro es que un zaguero izquierdo llegue a consagrarse como ídolo de un club, más si en el cual se desempeña es un grande. Pero Racing no es un club más y Fernando Paternóster no fue un zaguero izquierdo más. Llegó en 1927 desde Sportivo Boedo y comenzó a destacarse al lado de José Della Torre con un estilo de juego muy personal y que con el correr de los años lo haría figurar como un adelantado en su tiempo en la posición en la que jugaba. Sus acciones apelaban al uso de la habilidad y la astucia pero jamás nunca a la pierna fuerte ni al juego brusco a la hora de marcar a los rivales, por lo que se lo apodó como “El Marqués”. Durante los seis años que estuvo en Avellaneda sólo obtuvo un titulo (la Copa de Honor Sr. Adrián Beccar Varela en 1932) pero su estampa y su presencia en la última línea académica perduraron a pesar de su salida.

De Racing se fue a Colombia, a Medellín, y con 30 años de edad se transformó en uno de los primeros de una gran camada de jugadores que emigraron a aquel país y fueron fundamentales en su crecimiento futbolístico. Como jugador y luego como técnico logró además de coronarse campeón, trasmitir sus enseñanzas y conocimientos en el juego además de capacitarse tanto en la técnica como en la preparación física.

El Marqués también dejó su sello de distinción en la Selección Nacional con la que vivió tristezas y alegrías por igual. Estuvo presente en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928, donde en la final, Argentina cayó frente a Uruguay; al año siguiente tuvo su revancha ya que se consagró campeón del Sudamericano y en 1930 jugó cuatro partidos en el Mundial de Montevideo donde nuevamente el equipo cayó en la instancia definitoria a manos de los Uruguayos.

​​​​​​Falleció un día como hoy, pero de 1967. Pero su presencia y elegancia en el juego quedarán por siempre presentes en la historia de la institución y la gente que disfrutó de su juego.