Efemérides

El primer supercampeón de América

Jueves 18 de Junio de 2020
La Academia vuelve a recordar con alegría y satisfacción otra de las gestas deportivas que ayudó a construir su rica historia. Hace 32 años en tierras brasileñas un grupo de grandes jugadores comandados por el genial Coco Basile igualó ante el Cruzeiro y se quedó con la edición inicial del certamen que reunía a los mejores equipos del continente. Hoy se cumple un nuevo aniversario de esa conquista inolvidable y Racing Club se pone de pie una vez más para aplaudirla.
El primer supercampeón de América
Fue el primero en tantos hitos deportivos, que este caso no podía ser la excepción que rompiera esa regla pintada de blanco y de celeste. Primer y único heptacampeón aún vigente de nuestro fútbol en la época aún amateur del deporte, fue pionero también en quedarse con un tricampeonato cuando la pelota ya se regía bajo los mandatos del profesionalismo y no conforme con eso, se transformó además en el primer club argentino en coronarse como el mejor a nivel mundial. Por eso cuando en 1988 se comenzó a disputar la Supercopa Sudamericana, reservada solo para aquellos equipos que habían logrado alzarse con la Copa Libertadores, y Racing la disputó, había una esperanza cierta de que se podía agregar otra página legendaria al libro de hazañas deportivas que conforman la historia de nuestra institución. Y así fue. 

Levantar la bandera de la historia es poner a la identidad como estandarte. Fueron, entre otras cosas, las grandes victorias las que construyeron la grandeza de un club que siempre apuntó a ser una referencia en el continente. En esa línea de grandeza, la obtención de la Supercopa Sudamericana, hecho que sucedió el 18 de junio de 1988, es uno de los instantes que permanecerán para siempre en el recuerdo del pueblo académico. Por eso, en el trigésimo segundo aniversario de una gesta sensacional por donde se la mire, el club le envía el más caluroso y afectuoso reconocimiento al grupo de hombres que a pura valentía se consagraron en el Estadio Mineirao de Brasil.

El equipo académico encabezado desde la conducción por el Coco Alfio Basile jugó en total seis partidos en el torneo reservado de manera exclusiva para aquellos acreedores previos del título de campeones de América. El debut fue el 10 de febrero de 1988 con un triunfo en el Cilindro ante el Santos por 2 a 0. Luego de igualar sin goles en Brasil, Racing avanzó de manera directa a las semifinales y esquivó de este modo la etapa de cuartos de final, por haber quedado libre por sorteo. En las semifinales, el rival enfrente fue un viejo conocido: River Plate. Pero el equipo iba a por todo y lo dejó también en el camino. La clasificación se hizo real tras ganar por 2 a 1 en el Cilindro e Igualar en un tanto en el Estadio Monumental, gracias a un cabezazo memorable de Néstor Fabbri a poco del cierre. Ese día, el 1 de junio, se obtuvo el boleto para viajar a la instancia definitoria. La gloria estaba cerca una vez más.

Pero el escollo que separaba al equipo de la conquista no iba a ser para nada sencillo. El Cruzeiro aparecía como un rival con historia y argumentos para luchar de igual a igual por el trono futbolístico del continente. Y la batalla que se jugó adentro de la cancha estuvo a la altura de una final. La ida se disputó en Avellaneda y la victoria no fue fácil. Los brasileros golpearon primero a través de Robson y Walter Fernández igualó antes del cierre de la primera parte. En la segunda etapa, Miguel Colombatti marcó un recordadísimo gol que selló un triunfo vital para viajar a Brasil con un poco de tranquilidad. En la revancha, disputada en Belo Horizonte, Omar Catalán abrió la cuenta durante los primeros 45 minutos, pero Robson puso el empate cerca del cierre y le puso algo de suspenso a la última mitad. Pero durante el complemento el equipo mantendría con firmeza su juego y su temple a pesar de la adversidad, para coronarse con el título que había ido a buscar: la primera Supercopa Sudamericana. Sí, Racing campeón una vez más. 

La formación de esa mítica noche de sábado que quedará por siempre en el recuerdo estuvo integrada por Ubaldo Fillol, Carlos Vázquez, Gustavo Costas, Fabbri, Carlos Olarán, Jorge Acuña, Miguel Ludueña, Colombatti, Rubén Paz (Hugo Pérez), Catalán (Ramón Medina Bello) y Fernández. Justamente Fillol, una de las figuras indiscutidas, fue quien levantó con su tradicional buzo verde el trofeo que se sumaría a las vitrinas de la institución y que posicionó al club de nuevo como el mejor a nivel continental.

Las grandes fechas deben estar en la memoria colectiva porque son piezas fundamentales de la identidad. La historia de Racing se construyó a la par de grandes victorias que transformaron al club en uno de los más importantes de la región y la obtención de la Supercopa es uno de esos momentos imborrables del recuerdo de los hinchas. Por eso, en un nuevo aniversario de semejante conquista, va el merecido recuerdo para aquel grupo de jugadores que tocó el cielo con las manos hace poco más de tres décadas en el Mineirao y que le otorgó una gran alegría tanto a la institución como a su gente. 

Las hazañas académicas merecen ser contadas. Para que las futuras generaciones sepan de qué se habla cuando se habla de Racing. Y los campeones merecen ser saludados. Para que tanto su vigencia como sus logros se mantengan inalterables más allá del paso del tiempo. Memoria, respeto y admiración. Siempre.