Oscar Raimundo Martín fue un verdadero grande, uno de los máximos ídolos y emblemas del Racing Club; el Gran Capitán del Equipo de José, campeón de la Copa Libertadores y del Mundo en 1967, los dos logros futbolísticos más importantes en la historia de la Academia. 

Lo suyo no fue el marketing ni el lucimiento desmedido. Oscar Martín hizo del perfil bajo un culto, a pesar de haber tocado la cumbre con las manos, como el capitán de aquel fantástico conjunto armando por Juan José Pizzuti. Ocupó el lateral derecho de la Academia, como entreala (lo que hoy sería un 8), pero también se desdoblaba como marcador. Apareció en Argentinos Juniors (1956-58, 26 partidos) y más tarde pasó por Chacarita Juniors (1960-62, 80 partidos, 1 gol), antes de recalar en Avellaneda y convertirse en leyenda: jugó 151 partidos por torneos de AFA entre 1963-67, además de los partidos que lo coronaron como campeón de América y del mundo en 1967.

Cacho nunca fue el más nombrado ni reconocido del primer campeón mundial argentino; lejos de los flashes que se llevan los goleadores, sin ser un malabarista con el balón y ajeno a las declaraciones grandilocuentes, nada le impidió llevar la cinta de capitán en su brazo izquierdo y ser un líder indiscutible para el Equipo de José, formado por figuras de la talla de Agustín Mario Cejas, Alfio Basile, Roberto Perfumo, Humberto Maschio y Juan Carlos Cárdenas.

* Diego Volpini (presidente de la Filial Oscar Martín, en Córdoba)