Alternaba camisas en tonos de azul, mangas largas en los días destemplados, y cortas, claro, cuando la temperatura obligaba a ventilarse. Metía cuernitos como talismán -nunca está de más reforzar la defensa cuando el equipo propio pierde la pelota- y arengaba con su vozarrón que se hizo dulce melodía. Puso las cosas en orden en los primeros seis meses de 2001, con un plantel recortado, y dio el primer paso, cómo no, en la reconstracción: sumó 29 puntos en el Clausura 2001 (quedó a uno del tercero, el Boca de Carlos Bianchi) y evitó la Promoción por la permanencia en Primera pese a que el lastre del Apertura 2000 estimulaba el pesimismo.
Y arrancó, con otro paso, en el Apertura 2001, en la que hizo su masterplan, con un equipo que agobiaba con su vértigo, con su amplitud para atacar y con intérpretes sobresalientes en cada línea. La vuelta olímpica, las dos canchas llenas en medio de un país caótico, los 35 años sin celebraciones locales interrumpidos, sí, paso a paso con el coraje de haber admitido, luego de un 0-0 ante Banfield en que los fallos arbitrales perjudicaron a su equipo, que "me enojé... Ahora vamos a salir campeones". Todas esas imágenes y recuerdos sin melancolía se renuevan hoy, en el 71° cumpleaños de Reinaldo Carlos Merlo, el hombre que nos dio felicidad.
Entonces, ahora y siempre, Mostaza tendrá la gratitud de cada hincha de Racing. ¡A tu salud, con nuestro amor!
Efemérides
Brindamos con Mostaza
Jueves 20 de Mayo de 2021
En el cumpleaños de Reinaldo Merlo, el 71°, se impone un deber moral en todo racinguista de ley: la gratitud permanente y los mejores deseos para el DT campeón en 2001.