Efemérides

Racing es el Cilindro

Viernes 03 de Septiembre de 2021
El Estadio Presidente Perón se inauguró el 3 de septiembre de 1950 con una victoria por 1 a 0 frente a Vélez, en la que sería la primera de una serie de innumerables jornadas deportivas que perduran hasta el presente. Magnífico para nosotros e impactante para los otros, es uno de los símbolos máximos del inexplicable sentimiento racinguista y representa una fuente de orgullo constante para la Academia. Hoy todo el pueblo blanco y celeste celebra con el mismo amor de siempre sus 71 años de vida.  
El 3 de septiembre de 1950 no fue un día más en la historia de Racing Club. De ninguna manera. Lejos de ser una jornada de esas que rápidamente ingresan al basurero del pasado, esa tarde, en la que la Academia derrotó a Vélez por 1 a 0 con un gol de goleador de Llamil Simes a los pocos minutos de haber arrancado el segundo tiempo, el Estadio Presidente Perón fue inaugurado oficialmente y eso marcó un antes y un después en la vida del club. Los miles y miles de hinchas, pintados de celeste y blanco, festejaron tener casa nueva y festejaron el triunfo y percibieron que el equipo de Guillermo Stábile se encaminaba a lograr el bicampeonato. Absolutamente todos disfrutaron de una fiesta inolvidable y se guardaron en la retina los detalles del estreno de una de las obras arquitectónicas más importantes de la historia del deporte argentino. 

El 27 de marzo de 1944 se inició el proyecto de construcción. La meta de la dirigencia era que Racing dispusiera de un espacio propio y de calidad para competir a gran escala. Se nombró una comisión encargada de la adquisición del campo de deportes y la compra de los 30 mil metros cuadrados que pertenecían a los ferrocarriles fue el paso clave en ese proceso. Se sabe que Juan Domingo Perón, presidente del país en aquel entonces, recomendó erigir la cancha en el barrio de Retiro. Sin embargo, las autoridades del club optaron por quedarse en Avellaneda, la ciudad en la que había nacido la institución. 

La financiación de la obra comenzó a desarrollarse cuando promediaba 1946. En agosto de ese año, vio la luz el decreto que contemplaba todos los gastos del emprendimiento. Un préstamo de 3 millones de pesos por parte del Gobierno Nacional fue determinante para impulsar la gestión. Como gesto de agradecimiento, la Comisión Directiva decidió designar presidente honorario a Juan Domingo Perón y socios honorarios a Eva Duarte de Perón, a Ramón Cereijo, a Juan Atilio Bramuglia y a Miguel Miranda. Carlos Pailot, presidente de la institución, fue también el que decidió que el flamante estadio llevara el nombre del mandatario de la Argentina. 

Fueron miles y miles las personas que se acercaron al cruce de las calles Alsina y Cuyo -rebautizado en la actualidad desde hace varios años como el Pasaje Corbatta- para asistir a una cita de lujo. El equipo no falló en el campo de juego y los hinchas tuvieron el privilegio de festejar por partida doble. El club, en síntesis, vivió una jornada imborrable. Las memorias oficiales registraron las presencias destacadas en el evento de la siguiente forma: “del ilustre presidente Juan Domingo Perón (…), de su ilustre esposa Eva Perón (…), de altas personalidades del Gobierno y del deporte, procediéndose a descubrir en el hall del Recinto de Honor un busto del General Perón, que ha de perpetuar la gratitud del club hacia el excelso gobernante y primer deportista argentino”.  También las páginas de la Revista Racing, publicación histórica y de auge absoluto por aquellos días, se encargó de describir en su número 388 con una breve pero atinada pintura gráfica lo que acontecido en esa ocasión sin precedentes. "Es la tarde del 3 de setiembre de 1950, cuando Racing hace por primera vez su aparición en el flamante field. Encabeza Méndez, seguido de Bravo, Simes y los demás muchachos. Una explosión de júbilo cubrió el perímetro del estadio", sentenció el medio de manera única y tan especial. De la misma forma en que nos sentimos cuando lo recordamos, lo vemos, lo sentimos y lo vivimos. Desde que lo pisamos por primera vez y hasta que sea la última. Nuestra casa siempre será nuestra casa. Y hoy el Coliseo está de fiesta una vez más. Como siempre. Viva el Cilindro. En este día y en cada día.