Efemérides

Otro paso en el camino hacia la leyenda

Jueves 06 de Enero de 2022
Una victoria lograda ante San Isidro le entregó a Racing el tercer título consecutivo que obtuvo camino a la inigualable hazaña del heptacampeonato. Grandes figuras que marcaron una época, un fútbol excelso y una potencia ofensiva notable, fueron los argumentos de un equipo que tan sólo pudo ser superado por las propias hazañas que conseguiría en las temporadas siguientes.
Otro paso en el camino hacia la leyenda
Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 118 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.

La alegría no se produjo de casualidad. Desde hacía ya rato que Racing venía ocupándose de ratificar que era el mejor del fútbol argentino. Y en 1915 no dejó escapar la oportunidad de ponerlo nuevamente de manifiesto. De esta manera y por tercer año consecutivo, en una escalera ascendente de títulos y de gloria que no se detendría hasta llegar al legendario heptacampeonato, el club demostró de nuevo adentro de la cancha que era el mejor equipo del fútbol argentino. Lo hizo gracias al trabajo de un equipo agresivo, valiente y contundente que no perdió a lo largo de todo el certamen. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido años anteriores, San Isidro dio pelea hasta el final y obligó a jugar un partido de desempate. La cita tuvo lugar el 6 de enero de 1916 en la cancha de Independiente y, gracias a un gol de Alberto Marcovecchio, la Academia se impuso por 1 a 0. De esta forma, el cuadro de Avellaneda celebró nuevamente -tal como había hecho en 1913 y en 1914- en la máxima categoría argentina. 

Una campaña sin fisuras. En el cruce de todos contra todos, Racing disputó 24 partidos, de los cuales ganó 22 y empató solamente dos. En total, sumó 46 puntos. Lo más notable del andar celeste y blanco fue la capacidad ofensiva: se convirtieron 96 goles y se recibieron únicamente cinco. Racing brilló en tres de los cuatro clásicos: venció a San Lorenzo por 4 a 1, derrotó a Boca por 6 a 0 y goleó a River por 3 a 0. Ante Independiente, pese a haber caído por 2 a 1, se le dio el duelo por ganado debido a que el rival incluyó indebidamente un futbolista. El máximo artillero fue Alberto Ohaco, con 31 gritos. 

Los protagonistas del plantel que consiguió semejante éxito -en el que están incluidas 15 goleadas impactantes- fueron Syla Arduino; Salvador Presta, Armando Reyes; Ángel Floro Betular, Francisco Olazar, Juan Viazzi, Ricardo Pepe; Zoilo Canaveri, Nicolás Vivaldo, Alberto Ohaco, Alberto Andrés Marcovecchio, Juan Hospital y Juan Perinetti. La gran mayoría continuaría durante todo el famoso ciclo que derivó en el heptacampeonato.

Hoy, al cumplirse un nuevo aniversario de la mencionada hazaña, Racing se pone de pie para rememorar y aplaudir a sus campeones. Sin dudas, éste es el mejor camino para construir un club orgulloso de sí mismo y de la gloria obtenida a lo largo de su inmensa y rica historia.